Si algo podemos testificar en este país, es que no importa quienes, ni de qué partido político sean los que han estado en el poder, las políticas y estrategias económicas no han variado mucho pese al evidente fracaso del país en combate a la pobreza, desarrollo humano y distribución de la riqueza.
México es de los países más ricos en recursos naturales de toda Latinoamérica y es de los que menos han crecido económicamente. El país aporta un buen porcentaje de pobres al continente y la brecha entre entre ricos y pobres no deja de crecer.
No es por destino sino por sistema que nuestro país está atrapado en un eterno fracaso económico. Las instituciones públicas son controladas por ladrones, la corrupción, la inseguridad, la dependencia a Estados Unidos, el poco interés de comercializar con otras regiones y el lacayismo apátrida de los gobernantes no ha generado avances significativos en el bienestar y desarrollo del pueblo sino todo lo contrario.
En los escaparates del desarrollo, se ofrece la deuda como estilo de vida porque según dicen, no existe otra manera de adquirir bienes. El hiperconsumo no ayuda mucho a estos males y la corrupción suele cuidarle la espalda toda esa fortuna acumulada por unos cuantos.
El cinismo en las declaraciones de los personajes de importancia en materia de estrategia económica del país parecen sacadas del libreto de siempre. Amenazan en manera de advertencia que vienen tiempos difíciles, ordenan y sugieren que hay que ajustarse el cinturón y casi estamos obligados a sentirnos afortunados porque hay un arsenal(monetario) para contingencias.
El Peñismo se ha encargado de llevar a índices históricos el crecimiento de la deuda pública y cada mexicano cuando nace, en lugar de venir con torta bajo el brazo, llega con deuda sobre la espalda.
Según la organización OXFAM, 80 multimillonarios poseen más riqueza que 3500 millones de personas en el mundo y aunque algunos siguen viendo en Felipe Calderón un presidente que logró estabilizar económicamente al país, la realidad es que esa “estabilidad” le heredó a México 15 millones de pobres por ingresos, más de 100 mil muertos y 26 mil desaparecidos, cifras que Peña Nieto pretende superar.
Ya lo dijo alguna vez Rafael Correa: “En América Latina se pueden encontrar ricos más ricos que los más ricos alemanes y pobres más pobres, que los más pobres de África”.
Por congruencia con la realidad social actual, el verdadero reto de una estrategia económica no es cómo tener más sino cómo distribuir mejor.
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