Ubicado en la Península de Yucatán, en las aguas del Golfo de México, muestra evidencias de que hubo un gran “sistema hidrotermal”
Estudiar este cráter permitirá conocer otros grandes impactos que ocurrieron en la historia del planeta
El cráter Chicxulub, creado por el asteroide que extinguió a los dinosaurios del planeta hace millones de años esconde claves sobre el origen de la vida.
Ubicado en la Península de Yucatán, en las aguas del Golfo de México, muestra evidencias de que hubo un gran “sistema hidrotermal” en el que fluidos calientes circulaban a través de grietas y fisuras.
De acuerdo con el investigador David King, del Instituto Lunar y Planetario (LPSC, por sus siglas en inglés) en Houston, Estados Unidos, el cráter Chicxulub pudo haberse mantenido activo por más de dos millones de años, luego del impacto del asteroide.
Estudiar este cráter permitirá conocer otros grandes impactos que ocurrieron en la historia del planeta. “Eso es muy emocionante porque estamos usando Chicxulub para entender otros grandes impactos que ocurrieron en la historia muy temprana de la Tierra, cuando pensamos que estos sistemas podrían haber sido crisoles para la química prebiótica y los hábitats que permitieron la evolución de la vida más temprana en nuestro planeta”.
Por su parte la investigadora Sonia Tikoo, especialista en paleomagnetismo, explicó que las muestras de rocas le permitieron a los investigadores fijar el límite más bajo de la duración de este sistema hidrotermal.
Entre mayo y junio de 2016, los investigadores perforaron 829 m del núcleo rocoso y desde entonces investigan las rocas de este inmenso cráter de 200 kilómetros de diámetro creado por el impacto de un objeto espacial de 15 kilómetros de ancho, hace unos 66 millones de años.
“300.000 años después del impacto, el campo magnético de la Tierra se invierte y asume la polaridad ‘normal’, que tiene la dirección contraria (a la que tenía en el momento del impacto). Estas rocas debieron haber adquirido su magnetización durante una de estas polaridades normales que se produjo más tarde”.
Es posible que el sistema pueda haber sido muy caliente en un principio incluso para los microorganismos con gran resistencia a las altas temperaturas.
Actualmente, la mayor parte del cráter de Chicxulub está sepultada en el litoral del Golfo de México, bajo 600 metros de sedimentos y en tierra firme, el cráter está cubierto de depósitos de piedra caliza, pero su borde exterior es visible.
Ahora, los investigadores están analizando la evolución termal: qué temperatura alcanzaron las aguas y cómo se fueron enfriando. Los pozos formados con agua llamados cenotes se formaron con las rocas calizas que cubren el cráter.
“Eventualmente se enfriaron lo suficiente como para albergar organismos termofílicos e hipertermofílicos, la misma clase de biota que habita las aguas termales volcánicas“.
El impacto del asteroide mató al 75% de las especies en la Tierra, incluyendo a los dinosaurios, provocó el enfriamiento del planeta y el material que se desprendió oscureció la atmósfera.
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