Comúnmente a los voladores de Cuetzalan se les conoce como “Voladores de Papantla” y realizan una vistosa y hermosa ceremonia que la UNESCO ha declarado como Patrimonio de la Humanidad, pero en realidad se trata de una danza prehispánica que ha sobrevivido por más de 25 siglos y se ha extendido desde México hasta Nicaragua con diferentes modalidades.
Actualmente en la Sierra Norte de Puebla esta celebración tiene mucha presencia, por lo que es común encontrar en el atrio de los pueblos el palo de volador.
En el caso del municipio de Cuetzalan, el palo de volador forma parte ya del paisaje; además, el ritual está presente en cientos de comunidades serranas.
Esta danza, que sigue elementos rituales que para los pueblos maseual y del totonakú, es de suma importancia, refleja diferentes momentos el arraigo a la cultura ancestral.
El proceso ceremonial empieza cuando se busca el árbol adecuado que será empleado durante la festividad de cada pueblo.
Fuente: Aristegui Noticias
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