Ni la captura del ex-alcalde de Iguala, José Luis Abarca y su esposa María de los Angeles Pineda Villa, ni la insípida visita del Príncipe Carlos, ni el turbio proyecto Peña-Salinista del tren Mexico-Querétaro logran tapar el crimen en Ayotzinapa, algo que ante los ojos de la ciudadanía, es claro que el principal responsable de la matanza, es el Gobierno Federal.
Pactos y más pactos, política burda, demagogia obsoleta y ausencia de capacidad en el Estado, fortalecen la idea de una hipotética renuncia de Peña a la presidencia, iniciada en redes sociales y clamada en las calles. La Acción Global por Ayotzinapa muestra la capacidad creativa y de organización de un pueblo adormecido que vuelve a dar señales de vida dentro y fuera del país.
Y no es para menos, el limitado intelecto de quien hoy preside el Poder Ejecutivo, es la mayor debilidad del actual gobierno. La pregunta adecuada no es: “¿porque debe renunciar Peña Nieto?”, sino: “¿para qué debe renunciar Peña Nieto?” y cuando la respuesta a esta pregunta sea clara y común, el país iniciará la primera etapa de su modernización: el derrocamiento de la dictadura priista.
Desgraciados los pueblos donde la juventud no haga temblar al mundo y los estudiantes se mantengan sumisos ante el tirano
Lucio Cabañas Barrientos
*Esta columna refleja sólo el punto de vista de su autor
POR: Manuel Tenedor
@ManuelTenedor
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