Es el único candidato en esta contienda que tiene experiencia en debates presidenciales
Andrés Manuel López Obrador llega a la boleta presidencial por tercera vez y a diferencia de sus contrincantes, el político tabasqueño ya ha participado en debates oficiales y conoce la importancia de hacer un buen papel en el mismo.
El primer debate presidencial, que tendrá lugar este 22 de abril, podría significar dos cosas para Andrés Manuel: un repunte que aumente su ventaja sobre sus contrincantes o un descenso en las preferencias electorales.
De acuerdo con una publicación de Político.MX, el haber participado en este tipo de encuentros con anterioridad le da a AMLO la posibilidad de medir los efectos de esta participación y tener un panorama de cómo conducirse en el futuro.
En 2006, por ejemplo, López Obrador no acudió al primer debate presidencial por “estrategia” y esto fue aprovechado por el entonces candidato Felipe Calderón.
“El derecho de debatir es de los ciudadanos y no de los candidatos, y hasta en eso prefiere (AMLO) darte la espalda”, dijo Calderón en esa ocasión.
En una encuesta post debate del diario Reforma, Calderón remontó y subió a 40 puntos, mientras que López Obrador cayó a 33.
Tras ver este efecto negativo, el ex jefe de gobierno capitalino rectificó y acudió al segundo debate, donde acusó al cuñado de Felipe Calderón por supuesta evasión de impuestos.
Las encuestas tras este debate los pusieron a ambos en empate técnico. La de Reforma colocó a Calderón con 35.89% y a López Obrador con 35.29%. Por su parte, GEA-ISA puso a Calderón con 38% y a Andrés Manuel con 36%.
Para 2012, López Obrador comenzó en tercer lugar con el 29.2% de las preferencias, detrás de la panista Josefina Vázquez Mota, con 30.6%. El puntero era el priista Enrique Peña Nieto, con 38.9%, según la encuestadora Demotecnia.
En el primer debate de esas elecciones, AMLO atacó a Enrique Peña Nieto y criticó su gestión como gobernador Estado de México, así como al historial de familiares priistas acusados de corrupción.
Esto le bastó para obtener un repunte en las encuestas, rebasar a Josefina Vázquez Mota y colocarse en el segundo lugar, desde donde dio pelea al candidato priista.
La estrategia de AMLO para este 2018 ha sido decir no a debates extraoficiales. Aunque sus rivales insisten en debatir con él en más ocasiones, su respuesta ha sido negativa y anunció que sólo participará en los encuentros que contempla el INE.
“Que debatan entre ellos, que debata (José Antonio) Meade con (Ricardo) Anaya para ver todo lo que tienen ahí pendiente, que dejen de estarse cuestionando, criticando, que no se amenacen, que arreglen sus cosas con urbanidad”, declaró López Obrador.
Son irresponsables los que, por desconocimiento, critican Reforma Energética: EPN
Su estrategia es parecida a la de Peña en 2012, quien vio en los debates extraoficiales un riesgo para su campaña, por lo que se limitó a asistir solamente a los organizados por el INE, como hoy lo hace López Obrador.
De cara al debate de este fin de semana, se especula que el tabasqueño ha buscado la ayuda de un asesor con el que ensaya su discurso para el debate del 22 de abril.
Este asesor podría ser Antonio Solá, según Político.MX, quien hace 12 años colaboró con Calderón y creó la frase “López Obrador es un peligro para México”.
Sé parte de la conversación