PetStar es la empresa de reciclaje de Coca-Cola más grande en el mundo
Está en la CDMX y la multinacional usa mano de obra infantil, pero no tiene responsabilidad legal sobre la situación
PetStar es un lucrativo negocio de reciclaje que opera la empresa Coca-Cola de México y ésta, al igual que siete embotelladoras mexicanas pertenecientes a la empresa, utilizan mano de obra infantil para recolectar PET en Bordo de Xochiaca, un basurero en las afueras de la Ciudad de México, publicó en una investigación Univisión.
La multinacional está al tanto de que niños trabajan en el negocio, y aun así no lo impide, aun cuando en sus principios asegura rechazar el trabajo infantil en cualquiera de sus formas.
Incluso, el presidente de la planta recicladora Jaime Cámara lo aceptó al citado medio. Cuando le preguntaron su opinión sobre el hecho de haya niños y adolescentes en su cadena de recolección, titubeó y finalmente admitió que hay “algunos”. Cámara afirmó que PetStar trata de “no involucrarse cuando hay ese elemento que identificamos”.
En realidad la empresa no tiene ninguna responsabilidad legal sobre esta situación porque no existe un contrato directo con ellos. El cheque se expide por un líder gremial que compra los derechos a las familias.
Varias organizaciones controlan el basurero y sus líderes compran los materiales reciclables a los recolectores y los venden a PetStar, la mayor planta de reciclaje de envases plásticos de Coca-Cola en todo el mundo. La planta es propiedad de Coca-Cola México así como las embotelladores mexicanas Arca Continental, Bepensa, Corporación del Fuerte, Corporación Rica, Embotelladora del Nayar y Embotelladora de Colima.
PetStar paga a estos líderes $0.05 dólares por cada libra de plástico, el precio más barato en toda su red de recolección en la zona metropolitana de la Ciudad de México, comparado con lo que la firma paga a los recolectores en los camiones de basura, los centros de acopio o las plantas de selección de residuos, en otras áreas de la capital mexicana.
Cámara dijo que la razón de esto es que el material que recolectan en el Bordo de Xochiaca está muy sucio, por lo tanto la mercancía tiene un valor menor: “Esa suciedad tiene un costo en el costo final” afirmó Cámara, cuya planta se enriquece con el trabajo de niños y adolescentes que recolectan PET en el basurero.
Lee la investigación completa en Univisión
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