La familia de uno de ellos incluso pagó un rescate
Las víctimas estaban en un hotel cuando un grupo de Zetas irrumpió en el lugar, los interrogó y después se los llevó; el gobierno trató de criminalizarlos
Cerca de las 2 de la mañana del 21 de abril de 2010, un comando armado de Los Zetas irrumpió en el Holiday Inn de Monterrey, en Nuevo León, donde interrogaron a los huéspedes y separaron a cuatro de ellos: un vendedor de zapatos, una profesora de universidad, un ejecutivo de marketing de una empresa de productos ópticos y un ingeniero químico de una fábrica de cosméticos.
Posteriormente, los metieron junto con el recepcionista del hotel en vehículos del grupo criminal y se los llevaron. Desde entonces no se les volvió a ver y se sospecha que todos están muertos, a pesar de que la familia del ejecutivo de marketing negoció y pagó un rescate.
Hermana de uno de los desaparecidos.
Los familiares exigieron dar con su paradero, pero las autoridades insinuaron que las víctimas habían sido responsables de sus propias desapariciones, al vincularlas de alguna manera con Los Zetas. Pero quizá las respuestas no estaban aquí, sino con la DEA, la administración antidrogas de Estados Unidos.
Funcionarios estadounidenses revelaron que hasta un día antes de los hechos ocurridos en el hotel, la DEA había realizado un operativo de seguridad en el lugar y que incluso varios miembros de la Unidad de Investigaciones Sensibles (SIU, por sus siglas en inglés), policías federales mexicanos eseleccionados y entrenados por la dependencia estadounidense, se habían hospedado allí.
El equipo había trabajador de forma encubierta con el objetivo de rastrear los movimientos de un jefe de los Zetas llamado Hector Raúl Luna, alías “El Tori”, pero éste descubrió del operativo y mandó a sus hombres al lugar.
Ante esto, la agencia evacuó a los agentes de la SIU de Monterrey, sin preocuparse por las inocentes víctimas y nunca reveló su papel en lo que había pasado, mucho menos ayudó en la búsqueda.
Familiares de uno de los desaparecidos.
“Si esto hubiera pasado en Estados Unidos, habría habido todo tipo de indignación”, expresó un exagente sobre lo ocurrido en el hotel y agregó: “Pero en México, siento decirlo, a nadie le importa una mierda”.
La conexión de la DEA al ataque del Holiday Inn no había sido revelada hasta ahora y al realizar una revisión más profunda de la SIU se revelan diversas problemáticas que costaron vidas humanas, como por ejemplo la masacre en el pueblo ganadero de Allende. Tanto la matanza allí como la de Monterrey fueron perpetradas por los Zetas y habrían sido provocadas, de acuerdo con ProPublica.
La DEA no quiso responder a los cuestionamientos realizados por dicho medio y sólo emitió una declaración por correo electrónico: “El Programa de Investigaciones Sensibles ha demostrado ser un programa internacional eficaz para apoyar las unidades antidrogas del país anfitrión capaces de hacer investigaciones internacionales de droga. Los agentes que sustentan el programa trabajan bilateralmente con las fuerzas del orden del país anfitrión. La DEA entrena, aconseja y apoya a investigadores policiales seleccionados del país anfitrión que componen las Unidades de Investigaciones Sensibles.”
ProPublica realizó este reportaje, del que se presenta sólo una parte, a partir de entrevistas con 23 agentes y exagentes de la DEA que tienen un conocimiento profundo del programa y quienes hablaron bajo la condición de anonimato al tratarse de asuntos sumamente sensibles.
Lee la investigación completa en: ProPublica
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