El objetivo de la investigación es conocer cómo se generó la vida después del impacto del asteroide
Científicos del Instituto de Geofísica (IG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dieron a conocer las evidencias de cómo se forman los anillos de picos y la forma en la que asteroides se impactan en el cráter Chicxulub, ubicado en la Península de Yucatán.
Su información se basó en la perforación del cráter que pudo agregar pistas al estudio del Sistema Solar, pues la mayor parte de sus superficies están marcadas por impactos en sus cráteres y el ejemplo más cercano que tenían era el de la Luna, informa un comunicado de la UNAM.
Los investigadores Ligia Pérez Cruz y Jaime Urrutia Fucugauchi explicaron que los primeros resultados al centro del cráter Chicxulub, lugar que ha registrado gran parte de la evolución de la vida en la Tierra, se dieron a conocer en la revista Science en un artículo titulado ‘The formation of peak rings in large impact craters’.
El texto dice que el cráter se formó hace 66 millones de años gracias al impacto de un asteroide que provocó la extinción del 75 por ciento de las especies. A partir de ahí se dio paso a la creación de nuevas especies y el surgimiento de los mamíferos como los humanos y los primates.
Urrutia explicó que el cráter está ubicado en la plataforma carbonatada de Yucatán y tiene una exención aproximada de 200 kilómetros. Está muy bien conservado ya que se encuentra cubierto por un kilómetro de rocas.
Es un cráter multianillado, ya que es un conjunto de anillos circulares como los más grandes que se conocen del Sistema Solar. En su interior se encontraron restos de partes negras que arrojan información sobre el impacto y sus altas temperaturas de varios miles de grados centígrados, parecidos a los de la corona solar.
Eso resulta porque el asteroide llegó a la Tierra a una velocidad de 30 kilómetros por segundo lo que provocó que se formara el cráter de 25 kilómetros de profundidad en un tiempo de aproximadamente 15 segundos.
Pérez Cruz comentó que la perforación se realizó en un sólo lugar por 12 personas de un grupo internacional de 32 científicos de 17 países y los titulares de la investigación de la UNAM.
Obtuvieron siete toneladas de muestras que fueron trasladadas a Texas, donde se le realizaron tomografía computarizada a las muestras para ver los elementos que conforman el material.
Los resultados se enviaron después a Bremen en Alemania, exactamente al repositorio del International Ocean Discovery Program donde continuaron las observaciones.
Los científicos argumentan que la siguiente fase de la investigación arrojaría los resultados de cómo se creó la vida después del impacto del asteroide.
Fuente: Proceso
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