Su excesivo consumo se deriva en parte por la falta de agua de calidad en las comunidades
Otra de las razones del aumento en el consumo de refresco es una laxa legislación hacia empresas refresqueras
Un estudio hecho por el Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur (CIMSUR) indica que Chiapas es la región del mundo donde más se consume el refresco, Coca-Cola, pues en promedio, cada habitante bebe 821.25 litros por año.
La investigación realizada por Jaime Page Pliego, doctor en antropología por el CIMSUR, detalla que el aumento del consumo de refrescos en la región sur de México fue ocasionado, en parte, por un cambio de vida social y religiosa de sus habitantes, compartió el portal Vanguardia.
“Debido a los efectos nocivos que el consumo excesivo de alcohol provocó en la comunidad, los líderes religiosos tradicionales comenzaron a sustituir el aguardiente de caña (pox) por refrescos, estableciendo concesiones con la Compañía Coca-Cola o PepsiCo que estaban incursionando en los mercados indígenas durante la década de 1980”, detalla June Nash en un artículo publicado para Cultural Anthropology en 2008.
En otro artículo publicado en la Revista Medicina Social en 2019, señala que otra de las razones del aumento en el consumo de refresco es una laxa legislación hacia empresas refresqueras, campañas de mercadotecnia en lenguas locales y la poca accesibilidad de agua potable de calidad y en cantidades suficientes.
Por ello, “las familias en Chiapas destinan el mayor porcentaje de sus ingresos en alimentos y bebidas no alcohólicas (38.4 por ciento), según datos de la Encuentras Nacional de Gasto (Engasto) 2012”, expuso el director de la organización civil Poder del Consumidor, Alejandro Calvillo.
Según un análisis de dicha organización, cada vez que una persona adulta bebe cuatro botellas de 600 mililitros de este refresco está ingiriendo una cantidad que equivale a 50 cucharadas cafeteras de azúcar de 5 gramos cada una, es decir, consume más del 500% de la ingesta diaria de azucares recomendada.
Entre las alternativas que sugieren diferentes organizaciones están la de asegurarles a los habitantes acceso a agua de calidad y aumentar el gravamen a las bebidas azucaradas, la regulación a las campañas de comercialización y un etiquetado adecuado.
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