En México existe un pueblo que no está regido por ningún partido político o representante de gobierno. Se llama Cherán, está ubicado en la meseta Purépecha de Michoacán, y desde hace tres años se despidió tanto de los funcionarios como de la violencia, demostrando que es posible construir una sociedad fuerte y sólida, impenetrable a las acciones de la delincuencia organizada y sin necesidad de contar con una policía.
En este lugar, cuyo nombre significa algo así como “tierra del miedo”, en virtud de que ahí llegaron a vivir los más hábiles y temibles chamanes de la nación P’urhépecha- el sistema político fue reemplazado por una moderna versión de la organización tradicional del pueblo p’urhe desde el 11 de abril de 2011, cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) falló a favor de la solicitud de un grupo de ciudadanos representantes de la comunidad para gobernarse así misma, apelando a su derecho de pueblo indio.
Los cheranenses fundamentan sus resoluciones: en 2007, sus políticos se coludieron con el crimen organizado, permitiendo extorsiones y la entrada de talamontes que , clandestinamente, afectaron los bosques, que los pobladores indígenas consideran sagrados. Pidieron ayuda al alcalde y al gobernador, pero nadie llegó.
Ahora, solucionan de manera colectiva todo lo relacionado con seguridad, economía y obra pública.
“La forma, la estructura de gobierno que tiene Cherán es el resultado de una serie de aportaciones de muchos, de muchas personas. En la relación de Michoacán está el gobierno a través de Concejos y nosotros de ahí nos basamos, la máxima autoridad es la Asamblea General, después viene el Concejo Mayor, los K’ericha o Mayores y de ahí se viene una serie de Concejos”, explica la autoridad indígena en su página web.
En esa estructura no hay cabida para los partidos políticos, que no sólo no operan en el municipio, sino que están prácticamente proscritos por considerar nocivas y divisionistas sus acciones. La teoría social advierte que sin políticos, sin autoridades administrativas, la vida en sociedad sería un caos, pero en Cherán la organización se impone.
Todo funciona a través de concejos operativos, cuyas acciones son coordinadas por el Concejo Mayor. Estos concejos asumen la responsabilidad de la administración local (equivalente a finanzas y administración), de lo que denominan vigilancia y mediación de justicia y otros concejos que integran la estructura del poder municipal. Los integrantes de esos concejos son electos a mano alzada en la Asamblea General y están sujetos a la supervisión del Concejo Mayor, responsable de hacer valer y dar seguimiento a los acuerdos de asamblea.
Las autoridades comunales son elegidas a través del voto directo y presencial, formando una fila de hombres y mujeres que a mano alzada votan por una persona propuesta por el mismo pueblo. Cada uno de los cuatro barrios de Cherán está representado dentro del Concejo Mayor por tres personas, conocidos como Mayores. Ellos, por su parte, están sujetos a la supervisión de los denominados jueces menores, que son la autoridad en cada barrio. También estos jueces son electos a mano alzada en las asambleas locales, cuyo padrón está entre las 12 mil y 13 mil personas.
Desde que se adoptó este sistema, no ha habido asesinatos, secuestros ni extorsiones, y los delitos que llegan a ocurrir los resuelve con un peculiar sentido de justicia la Asamblea General, máximo órgano de gobierno. Además, recorrer sus calles es un deleite: sin propaganda, sin candidatos, sin partidos. Los mensajes inscriitos en las bardas son tajantes: “Partidos ojetes. Cherán no es un juguete”.
Aún recuerdan cómo vivían bajo la partidocracia. “Eran muy convenencieros, sólo los militantes tenían derecho de pedir y nos alejaban de nuestras costumbres. Por aquí estuvieron Cuauhtémoc Cárdenas, Silvano (Aureoles), Cristóbal Arias…mucha gente que venía ¡y se les atendía muy bien! porque la gente echaba la casa por la ventana” recuerda Sebastián, profesor de educación física e integrante de de la Comisión de Enlace de Cherán con el Instituto Electoral de Michoacán.
“La democracia no es exclusiva de los partidos políticos, es del pueblo, así lo dice el artículo 39 constitucional” refiere Salvador Torres, otro profesor que también pertenece a la comisión.
Ahora son más unidos en Cherán, dicen, porque eligen quién los guía en comunidad. Describen una vida tranquila sin violencia ni daños al bosque. “Ahora puedes andar todo el día en la calle gracias a que la comunidad llegó al acuerdo de retomar la ronda tradicional de seguridad”. Y eso incluye prohibir el paso a políticos y propaganda, como ya le sucedió a varios candidatos.
Otros municipios han expresado el deseo de seguir el ejemplo de Cherán, aunque formalmente sólo se ha logrado Pichataro, una comunidad adscrita a Tingambato.
También te interesará:
Denise Dresser: Cómo recuperar a México
Sé parte de la conversación