“Me declararon incapacitado permanentemente, con psicosis… es decir, literalmente me tiraron de a loco”, explica
En 2013, Raúl Sánchez Lozada, médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), egresado con mención honorífica, autor de dos libros sobre tratamientos médicos y varios artículos publicados en revistas especializadas, asignado al Hospital General de Zona número 1 de Pachuca, Hidalgo, comenzó una lucha ética: “ Yo recibía instrucciones administrativas que iban en contra de la salud de mis pacientes y comencé a denunciar esa situación”.
Reportó falta de antibióticos para pacientes recién operados, órdenes de posponer operaciones de emergencia porque “iban a ensuciar la sala”, entre otras.
Entre 2013 y 2015, en el Órgano Interno de Control del IMSS se acumularon al menos una decena de quejas presentadas por el doctor Sánchez Lozada, en las que denunciaba la mala atención brindada a pacientes por la deficiente administración del hospital.
A principios de 2016, lo incapacitaron por “psicosis” y lo retiraron de su cargo como cirujano del IMSS.
A partir de enero de este año, ya no se le permitió operar en la clínica, debido a la sanción y durante los siguientes tres meses sus superiores lo enviaron a tres psiquiatras distintos. El diagnostico de todos fue el mismo: episodio depresivo moderado, a causa de un divorcio, que no limitaba sus aptitudes laborales.
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