La renuncia de Raúl Cervantes como procurador, demuestra que nunca estuvo preparado para liderar la PGR, por su amistad con Enrique Peña Nieto y sus nexos con el PRI.
El hoy exprocurador no se fue de la procuraduría, porque nunca estuvo en ella, nunca hizo su trabajo.
Pero no es el único, en este sexenio varios procuradores han pasado por la dependencia sin haber hecho nada para solucionar los problemas del país.
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