El abuso del alcohol puede causar cambios duraderos en el cerebro
La hipertensión, un ligero temblor y congestión nasal, son algunos de los síntomas de la adaptación del cerebro al alcohol.
De acuerdo al modelo Alcohólicos Anónimos del alcoholismo, la adicción a las bebidas alcohólicas es una condición incurable y de toda la vida, e incluso una vez que una persona aprenda a abstenerse, ellos solo se pueden considerar a sí mismos como un “alcohólico en recuperación”. Si bien esta idea no es universalmente aceptada, ciertamente no hay negación de que el abuso del alcohol por mucho tiempo puede causar cambios duraderos en el cerebro, algunos de los cuales influyen en la susceptibilidad de una persona para una recaída.
Conforme el cerebro se va adaptando a los efectos continuados del alcohol, ajusta sus sistemas de regulación interna para compensar, de manera que cuando dejas de beber sientes un efecto desagradable, con síntomas como ansiedad, temblores, depresión, incapacidad para dormir e irritabilidad. Si bebes de nuevo, se produce un equilibrio momentáneo y te sientes mejor. Esto pone en marcha el ciclo de adicción.
El cerebro se adapta a la presencia de alcohol, de manera que la persona pueda tener más alcohol en su cuerpo sin experimentar su efecto depresor, hasta que llega un momento en que todo el sistema nervioso central permanece hiperactivo incluso aunque beba regularmente. Estas es la causa de las convulsiones que pueden tener los alcohólicos (debido al exceso de sensibilidad del sistema nervioso central).
Otro síntoma de esta adaptación crónica al alcohol es la hipertensión, un ligero temblor y congestión nasal. También padecen síntomas psicológicos como ansiedad, ataques de pánico, irritabilidad, cambios de humor, depresión y paranoia. Todos estos síntomas se deben a la adaptación a largo plazo del cerebro a la presencia de alcohol y al dejar de beber acaban desapareciendo (la mayoría de ellos desaparecen tras unas dos semanas de abstinencia de alcohol).
Se cree que el receptor de glutamato metabotrópico subtipo 5 (mGluR5) juega un papel importante en la regulación de las ansias, y por lo tanto es posible que tenga jerarquía en determinar la posibilidad de recaída de una persona cuando intenta superar una adicción. El hecho de que los receptores mGluR5 se pueden encontrar en estructuras claves del cerebro que conforman el sistema de recompensa del cerebro agrega más peso a esta teoría.
Los investigadores reclutaron a 16 personas quienes recientemente habían pasado a estar sobrios seguido de un periodo de abuso de alcohol, así como también reclutaron a 32 personas no alcohólicas. Usando una técnica llamada tomografía de emisión de positrones (TEP), los autores del estudio fueron capaces de determinar los niveles de receptores mGluR5 en los cerebros de los sujetos.
Los alcohólicos que se encuentran en recuperación, los niveles de los receptores mGluR5 se reducen significativamente en el sistema límbico )una red de las regiones del cerebro que está fuertemente involucrada con la motivación comportamental), y el cual contiene el circuito de recompensa. Así, los autores del estudio creen que, al desregular estos receptores, el cerebro intenta “apagar” sus ansias de alcohol con el objetivo de evitar las recaídas.
De acuerdo a Gil Leurquin-Sterk, investigador líder, “estos hallazgos justifican fuertemente el desarrollo de terapias enfocadas al mGluR5 que curan o protegen en contra de la circuitería disfuncional del cerebro que caracteriza la adicción al alcohol”. En otras palabras, al desarrollar nuevas drogas que actúen ante los receptores mGluR5, podría ser posible ayudar en el proceso de recuperación de los alcohólicos a mantener sus ansias o deseos de alcohol al límite”.
Fuente:Pysnnoticias/About
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