MÉXICO, D.F. (Proceso).- Con antecedentes de ejecuciones extrajudiciales, el 102 Batallón de Infantería del Ejército Mexicano, al que pertenecen los militares acusados de asesinato en Tlatlaya, ha sido consentido por Enrique Peña Nieto.
Como gobernador del Estado de México, Peña Nieto inauguró las nuevas instalaciones de ese cuerpo militar en mayo de 2010, y a principios de este año el comandante supremo de las Fuerzas Armadas lo integró al Operativo “Seguridad Mexiquense” que puso en marcha.
Instalado al sur del Estado de México (Edomex) con la misión expresa de combatir al narcotráfico en la zona, el 102 Batallón de Infantería ya se había visto involucrado en otros asesinatos de civiles. Al menos una docena de elementos están siendo procesados por ejecuciones extrajudiciales de presuntos integrantes o protectores de la delincuencia organizada.
Medio año antes de la masacre en Tlatlaya, miembros de ese mismo batallón mataron a cuatro empleados del gobierno municipal de Arcelia, Guerrero, en la frontera con el municipio mexiquense.
Aunque el hecho se presentó inicialmente también como un “enfrentamiento”, el 6 de diciembre de 2013 mataron en el poblado de Palos Altos, Arcelia, a Mario Urióstegui Pérez, director de Tránsito Municipal del ayuntamiento.
Conocido como La Mona, Urióstegui era identificado por el propio Ejército como suegro de Johnny Hurtado Olascoaga, El Mojarro, líder del grupo delictivo La Familia en la región norte de Guerrero y sur del Edomex.
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