“Cuando conocí a Guzmán no tenía ni un avión”, relató Martínez
Uno de los ranchos del presunto capo contaba con un zoológico en el que los invitados podían subirse a un tren para ver de cerca a cocodrilos y panteras
Este martes el piloto Miguel Ángel Martínez, quien trabajó con Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, testificó por segundo día en el juicio que se lleva a cabo en Nueva York, EU, en contra del presunto narcotraficante mexicano.
Martínez relató: “cuando conocí a Guzmán, no tenía ni un avión”, pero ya a principios de los años noventa El Chapo comenzó a tener éxito en el narcotráfico y con ello grandes cantidades de dinero, a tal punto que llegó a transportar dinero de Estados Unidos a México en una flotilla de aviones privados.
Según Martínez, Guzmán se iba cuando se le antojaba apostar a Macao o volaba a Suiza para someterse a un tratamiento de rejuvenecimiento. También les regalaba relojes con diamantes incrustados a sus empleados, y pagaba cientos de miles de dólares para que hicieran un corrido sobre uno de sus amigos acribillados.
“En la década de 1990 ya tenía cuatro aviones. Tenía casas en todas las playas y un rancho en cada estado”, aseguró el testigo ante los miembros del jurado en la Corte Federal de Distrito de Brooklyn, Estados Unidos, informó The New York Times.
Por ejemplo, El Chapo tendría una casa en la costa de Acapulco, Guerrero, con un valor de 10 millones de dólares, en donde también se encontraba el yate de uno de sus hijos, El Chapito.
Detalló que uno de los ranchos del presunto capo, ubicado en la zona rural de Guadalajara, Jalisco, contaba con canchas de tenis y piscinas alrededor de la residencia e incluso tenía un zoológico en el que los invitados podían subirse a un tren para ver de cerca a cocodrilos y panteras.
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El testigo también enumeró varios de los métodos que El Chapo habría utilizado para enviar toneladas de cocaína y marihuana en Los Ángeles, como: trenes de carga con tanques de petróleo, camiones con compartimentos secretos, túneles transfronterizos y latas empaquetadas como chiles jalapeños.
Por ello, los fiscales aseguran que a lo largo de su carrera como narcotraficante, Guzmán Loera obtuvo una ganancia total de 14.000 millones de dólares, de los cuales algunas partes fueron resguardados en escondites, por ejemplo, debajo de una cama y que se levantaba del piso mediante un elevador hidráulico.
Pese al contacto con las drogas, “El Chapo” no era adicto a estas, prefería disfrutar del whisky, la cerveza, el coñac, y de las mujeres, quienes al parecer sí eran su debilidad.
Martínez también hizo referencia a la muerte del cardenal católico Juan Jesús Posadas Ocampo, quien habría muerto “accidentalmente” cuando trataban de acribillar a Guzmán en venganza por un tiroteo que éste había propiciado en un club nocturno de Puerto Vallarta en 1992.
Recordó que en una ocasión le preguntó a Guzmán “¿por qué matar gente?, y me respondió: ‘Prefiero que lloren en su casa que en la mía’”.
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