Por Andrei
Avanza, en cuatro ruedas, el odio a la diversidad por las calles de la capital.
El (paradójicamente) llamado “Autobús de la Libertad” arribó el pasado miércoles a la Ciudad de México, pintado de anaranjado y con la leyenda “¡Dejen a los niños en paz! #ConMisHijosNoSeMetan”.
Fue el Consejo Mexicano de la Familia, un organismo ultraconservador, el encargado de traer a nuestro país este medio de propaganda que, de forma cínica, promueve el rechazo y una abierta condena a todos aquellos que no respondan a la vieja norma de ser heterosexuales, monógamos o pertenecer a familias tradicionales.
Según sus organizadores, se trata de una forma de abogar por “el derecho primario de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones morales y religiosas”.
¿Y quién les ha negado ese derecho?, me pregunto.
¿Acaso, como a los miembros de la comunidad LGBTTTI, alguien les ha golpeado por ser heterosexual?, ¿alguien les ha violado, como a las lesbianas, para ‘enderezar’ su orientación sexual?, ¿alguien les ha negado servicios de salud por ser un heterosexual?, ¿alguien les ha excluido de su núcleo familiar por ser heterosexual?
O tal vez alguien les ha amarrado las manos para que no se persignen y para que dejen de creer en la Iglesia Católica Apostólica Romana…
¡Por favor!
Agregaron, no contentos, que están en contra de que sus hijos reciban educación escolar con ideología de género. Olvidan que hay una cosa que se llama educación laica.
So pretexto de respetar la libertad de expresión, el Gobierno de la República tolera este tipo de actos abiertamente discriminatorios y guarda silencio. Y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación bien, gracias.
Hace unos meses, este autobús también circuló en España, donde además tenía las leyendas “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen” y “Si naces hombres, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo”.
Tras circular por la capital este autobús estará propagando el odio al prójimo (¿qué no Jesús dijo que había que amarnos?) en Quintana Roo y en Veracruz.
Que se les ponche la llanta
Despidos, exclusión educativa, rechazo religioso, negación de servicios, estigmas, humillación, abandono, violencia, desplazamiento y, a veces, hasta muerte, es lo que padece la comunidad LGBTTTI en el País, señala la (inútil) Conapred.
En los últimos 10 años México registró 139 expedientes sobre homicidios de odio por la orientación sexual e identidad de género y se suman unos 91 casos más por este delito, informó la CNDH.
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