De 2015 a 2020, el gobierno australiano emprendió una campaña para exterminar a dos millones de gatos salvajes
El gobierno de Australia decidió exterminar a millones de gatos salvajes luego de un estudio de la Universidad de Tasmania que señala que esta especie es una amenaza para la vida silvestre de ese país.
De 2015 a 2020, el gobierno australiano emprendió una campaña para exterminar a dos millones de gatos salvajes, debido a que un equipo de investigadores de dicha institución determinó que los gatos salvajes ponen en peligro a las especies endémicas del lugar.
En el artículo que se publicó en el Proceedings of the Royal Society B, los expertos compararon el comportamiento de los gatos salvajes en Tasmania con el cuol de cola manchada, que es un depredador nativo.
Explicaron que los gatos domésticos se introdujeron en Australia a finales del siglo XVIII y poco después arribaron a Tasmania, momento desde el que las poblaciones de gatos salvajes se dispararon y provocaron amenazas generalizadas para la vida silvestre en Australia.
Los investigadores refirieron a estudios anteriores en lo que se demostró que los gatos salvajes matan miles de millones de animales cada año, lo que a su vez ha provocado que varias especies queden en la extinción.
Para ello, realizaron un estudio en el que compararon los hábitos de caza y alimentación de los gatos salvajes con el cuol de cola manchada, un marsupial carnívoro similar en apariencia al demonio de Tasmania, y aunque se alimenta del mismo tipo de vida silvestre, como los gatos salvajes, reptiles, pequeños mamíferos y aves, no representan una amenaza para la existencia de la vida nativa.
Luego de capturar a 10 cuoles y 25 gatos salvajes, se les colocó collares de rastreo y los soltaron nuevamente. Con los resultados que obtuvieron, investigadores compararon las estrategias de caza entre ambas especies.
Los hallazgos evidenciaron que los gatos salvajes cazan con más intensidad y en un entorno más amplio que los cuoles. Además, se reveló que la población de los gatos es mucho amplia que la de los cuoles. Incluso, las presas en las áreas que estuvieron bajo el estudio tenían 20 veces más probabilidades de encontrar un gato salvaje que un cuoles.
Los investigadores sugirieron que su estudio podría conducir a nuevas formas para controlar las llamadas de gatos, lo que implicarían esfuerzos previos que finalmente no tuvieron éxito.
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