El Presidente organizó una gran celebración
El ambiente a su vez era de descontento, por lo que dos meses después estalló la Revolución
El 15 de septiembre de 1910, México celebró el centenario del inicio del movimiento de Independencia, en esa época el entonces presidente, Porfirio Díaz, quiso celebrar en grande.
Por decreto presidencial, cada estado, municipio y localidad tenían la obligación de participar de este evento con la conclusión y entrega de una extensa red de obra pública.
El entonces mandatario tenía la intención de mostrar al mundo un México moderno y cosmopolita
Desde 1903 arquitectos, ingenieros, constructores y escultores, la mayoría de ellos extranjeros, estuvieron a cargo de visualizar la República porfirista para el evento. En 1907 fue conformada la Comisión Nacional del Centenario.
La Ciudad de México fue el corazón de la fiesta y el proyecto arquitectónico de la época le dio el trazo, que hasta el día de hoy, conservan la mayoría de sus edificios, avenidas, monumentos y espacios públicos.
La Comisión ofreció un programa diario de los eventos que se llevarían a cabo; actos cívicos, desfiles y eventos públicos fueron anunciados en periódicos y en carteles en las calles.
Se invitó a la población a adornar las fachadas de sus casas, los edificios gubernamentales y establecimientos mercantiles con motivos patrios, como listones, medallones, banderas, adornos con los héroes de la patria, etc.
El presidente Díaz incluso modificó la fecha independista para que el principal evento se diera el 15 de septiembre de 1910, que coincidía con su cumpleaños 80.
De acuerdo con las crónicas de la época, ese día los eventos empezaron temprano: espectáculos públicos, funciones populares de teatro, corridas de toros, entrega de juguetes y despensas en el primer cuadro de la Ciudad de México.
A las 9 de la mañana se dio Gran Desfile Histórico que representó las tres épocas de la historia de México: la Conquista, la dominación española y la guerra y consumación de la Independencia.
Por la tarde hubo espectáculos de juegos pirotécnicos y a las 23:00 horas se inició la ceremonia oficial en la Plaza de la Constitución, donde se entonó el Himno Nacional, el presidente dio el Grito hizo resonar la campana de Dolores.
La prensa reportó el evento como todo un éxito, aunque Porfirio Díaz y los miembros del gabinete sufrieron actos de repudio de grupos antirreleccionistas que portaban retratos de Francisco I. Madero.
El 16 de septiembre, la Ciudad la inauguró su monumento oficial, el Ángel de la Independencia, obra del arquitecto mexicano Antonio Rivas.
Sin embargo, al margen de la fiesta que vivía la nación, también había una gran presión popular que estaba por estallar.
En menos de dos meses brotaron varias guerras intestinas para derrocar al gobierno, lo que convirtió al país en un campo de batalla durante más de una década.
Fuente: Expansión CNN
Sé parte de la conversación