Edwin Miguel Juárez Palma tenía 24 años. Murió estrangulado tras recibir decenas de golpes con una botella de vidrio mientras sus victimarios seguían paso a paso un antiguo ritual satánico tomado de un libro.
Según ellos, “Piwa”, como le decían, resucitaría transformado en un ser inmortal.
El lunes se reunió con cinco de sus amigos. La cita sería para llevar a cabo un ritual de iniciación. Edwin pretendía formar parte del culto llamado Los Hijos de Baphomet, una deidad que se dice adoraban los caballeros templarios hace unos 900 años.
Esta pequeña secta local con tintes satánicos, cuyos escasos miembros se nutrían de información encontrada en redes sociales y libros de segunda mano, le ofreció tomar parte de sus actividades, así que se reunieron en el interior de un ciber café llamado Freak Shop, ubicado a una cuadra de la catedral, justo a espaldas de la sede del Congreso de Chihuahua.
Pero todo era un engaño. El líder del grupo convenció a sus tres seguidores de que debían matarlo en un ritual de sacrificio, luego él lo resucitaría convertido en un vampiro.
Ya en el sitio se introdujeron en el baño, lo ataron y sujetaron fuerte. Con una botella de vidrio lo golpearon para luego estrangularlo, reveló la autopsia.
Fuente: El Universal
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