Llamó a todos los ciudadanos a la civilidad, para que la campaña se conduzca de manera pacífica
Asimismo, reiteró su propuesta anticorrupción que consiste en modificar el artículo 108 constitucional
Ricardo Anaya, candidato presidencial de la coalición Por México al Frente, le mandó decir a su contrincante Andrés Manuel López Obrador, aspirante de la alianza Juntos Haremos Historia, que se tranquilice ya que, según el panista, el tabasqueño se encuentra molesto.
“Está muy enojado después del primer debate presidencial donde fue exhibido con sus mentiras”, por lo que le recomendó que se tome “un té de tila”, manifestó en conferencia de prensa citada por MVS Noticias.
Anaya expresó que los adjetivos en su contra realizados por parte del tabasqueño son parte de su negativa a debatir “porque el miedo no anda en burro”.
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“Que se tranquilice, desde que terminó el debate se fue muy enojado, por lo visto sigue muy enojado y está muy claro porque no quiere debatir, porque teme volver a ser exhibido en sus contradicciones y en sus engaños... Es un síntoma de su enojo, está muy enojado desde que terminó el debate, vieron la actitud con la que se fue y no se le ha pasado el coraje”.
Respecto a las manifestaciones en contra de Andrés Manuel López Obrador por trabajadores sindicalizados del gobierno capitalino y la petición de Jaime Rodríguez Calderón de cortar la mano a los delincuentes, llamó a todos los ciudadanos a la civilidad, para que la campaña se conduzca de manera pacífica.
“Hago un llamado a que nos conduzcamos con civilidad, a que esta campaña transcurra de manera pacífica y sea una campaña donde podamos privilegiar las propuestas y el contraste de las ideas, no los adjetivos violentos y no las expresiones públicas violentas… Yo a él lo respeto en lo personal, hay propuestas que no se comparten y es una propuesta que no comparto”, dijo.
Anaya reiteró su propuesta anticorrupción, que consiste en modificar el artículo 108 constitucional para que el presidente en turno pueda ser juzgado; eliminar el uso de efectivo en todas las transacciones de gobierno; la eliminación del fuero en todos los niveles, así como fiscalías General y Anticorrupción absolutamente autónomas e independientes.
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