Acusan que las autoridades no han hecho nada por encontrarlo
Durante el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, Ana Lilia, madre de Alexander, cuenta cómo fue que desaparecieron a su hijo
Por Juventino Montelongo
soyquiroz@gmail.com
El pasado 30 de agosto se conmemoró el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, y para ello el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México llevó a cabo una manifestación al interior de la Cámara de Diputados para exigir la aprobación de la Ley de Desaparición.
Pese a que la propuesta tiene dos años en el Senado de la República, esperan que los diputados la dictaminen a principios de septiembre de este año.
Dicho movimiento está integrado por al menos 40 organizaciones de diferentes partes de la República, quienes recriminan la falta de apoyo gubernamental para buscar a las más de 28 mil personas no localizadas que existen en México desde 2007 hasta 2016, según las cifras del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas.
Pero, ¿quiénes están detrás de esta cifra?, ¿dónde están sus familiares y qué han hecho para localizarlos?
Ana Lilia López Ortiz, de 47 años y originaria del municipio de Amatlán de Los Reyes, en Veracruz, estuvo presente en la Cámara para levantar la voz por la desaparición de su hijo.
En entrevista contó cómo el 5 de diciembre de 2014, cuando vivía en la congregación Guadalupe la Patrona, fue desplazada, junto a su familia, por integrantes del crimen organizado.
Ese mismo día su hijo Alexander Figueroa López fue víctima de una desaparición forzada, ya que un comando armado entró a su casa. “No eran secuestradores comunes, eran como… autoridades, porque iban protegidos con chalecos antibalas, con armas cortas y largas y usaban botas cafés en un solo tono. Y posteriormente ellos también tuvieron el resguardo de militares”.
¿Quién es su hijo?
Alexander trabajaba como campesino antes de que se lo llevaran, recuerda Ana Lilia.
A él siempre le inculcó valores, por lo que al decidir dejar de la escuela le dijo que tenía que trabajar, “y trabajaba de eso, de hecho cuando se lo llevaron traía ropa de campo”.
Recordó que su hijo nunca tuvo vicios, “como tenía año y medio padeciendo hepatitis no salía con amigos, de hecho nunca fue parrandero. Él solamente salía a pasear los domingos, con su hija y su esposa”.
¿Cómo sucedieron las cosas?
Ana Lilia asegura que en realidad iban por su esposo, quien es productor de caña, y como no lo encontraron se llevaron a su hijo, “por su apellido nada más”.
Pese a no estar segura de quién está detrás de la desaparición, comentó que a su esposo lo culpaban de robar combustible, de portar armas, de vender drogas, por lo que estuvieron revisando su domicilio durante media hora, de hecho, también revisaron tres casas que están en el mismo predio, ya que sus suegros, su cuñada y ellos vivían en el mismo lugar.
Luego de que se llevaron a su hijo, con convoy militar llegó de nueva cuenta a su casa para preguntar nuevamente por su esposo. “Les dije que no se encontraba pero que me ayudaran porque se habían llevado a mi hijo”, lo cual fue en vano, porque no hicieron nada.
Al principio toda la familia tuvo miedo porque pensaron que se había tratado de un secuestro, después el esposo de Ana Lilia los sacó de la ciudad, a ella, a su nieta y a su nuera y regresó al pueblo a buscar a su hijo, incluso le pidió ayuda al Fiscal General del Estado de ese entonces, Luis Ángel Bravo Contreras.
“Él le dijo que no era necesario que pusiera una denuncia porque ese delito se seguía de oficio, por lo que contaba con todo su apoyo”, sin embargo, indicó que todo “fue una vil mentira, porque nunca hicieron una búsqueda”.
Dos meses de no hacer nada
Para el 5 de febrero del 2015, el fiscal antisecuestros, Jorge Arturo Rodríguez Pucheta contradijo a Bravo Contreras, al señalarles que sí era necesario entablar una denuncia, dos meses después. Y pese a que pusieron la denuncia “no se conformaron con eso. Hicimos retratos hablados, toda la familia fue a declarar, pero perdieron los documentos”.
“Ellos son cómplices de quienes se llevaron a mi hijo, ellos omitieron la búsqueda”.
Gracias a esto fue que comenzó a integrarse a colectivos en donde las familias, con sus propios medios, buscan a sus desaparecidos, ya que, señalan, si se atienen a la “ayuda” que les ofrece el gobierno nunca los encontrarán.
Si conoces más casos como éste o te interesa hacer una denuncia ciudadana, manda un correo a la siguiente dirección: soyquiroz@gmail.com
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