“Me siento impotente, me siento mal de estar aquí como bicho raro”
El paso del huracán “Beatriz” en Oaxaca dejó sin trabajo a decenas de familias, entre ellas la de Alejo, quien perdió sus tierras y su equipo de trabajo, por lo que exige que el gobierno lo ayude
Por Juventino Montelongo
soyquiroz@gmail.com
El señor Alejo Rojas mantiene un plantón desde el pasado lunes 4 de septiembre frente a las oficinas de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), sobre la avenida Reforma, en la Ciudad de México.
Alejo exige que el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) lo apoye para poder comprarse una nueva bomba, ya que el huracán “Beatriz” que pasó por Oaxaca en junio de este año se llevó todo con lo que contaba para mantenerse él y a su compañera, como llama a su esposa.
La fuerza de “Beatriz” se llevó todo lo que había en sus tierras: ganado, hectáreas completas de papaya, su maquinaria y sus peces, los cuales cultiva para luego venderlos. Él forma parte de ese pequeño porcentaje de la población que no gana salarios mínimos, sino que sobrevive con lo que saca de la tierra.
Originario de San Carlos Yautepec, en la sierra sur de Oaxaca, llegó a la capital para exigirle a las autoridades apoyos ante la crecida del río que provocó “Beatriz” y dejó sin trabajo a decenas de familias que viven de la tierra.
A principios de mayo de este año hizo una denuncia ante el gobierno del estado, “ellos me dijeron que no era necesario que metiera una solicitud directamente en el Fonden porque iban a armar una mesa de trabajo donde se iba a ver mi caso para ver la forma en cómo poder apoyarme para poder comprar mi bomba”.
“El problema de la demagogia del gobierno, para que salga en los artículos periodísticos su discurso, es que están atendiendo los problemas, pero es eso, pura demagogia, puro verbo”.
Para poder llegar de su pueblo a sus tierras, Alejo tiene que caminar dos horas, “y de ahí ya en carro salgo a la carretera y de ahí son 12 kilómetros, de ahí agarro para Oaxaca”.
Asegura que él salió de ahí para exigir apoyo, ya que sus demás compañeros están esperando a que a raíz de trámites burocráticos se puedan resolver todas las pérdidas que tienen, pero “como yo no tengo capital y arranco el producto de la tierra con el sudor de mi frente, y toda la infraestructura que tengo ha sido a base de mucho esfuerzo”, cuenta afuera de la casa de campaña que instaló sobre la banqueta frente a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.
Fueron dos bombas las que perdió, una de 33 mil pesos y otra más de 18 mil, con ellas impulsa el agua del río hacia sus tierras a 150 metros de altura, mismos que fueron consumidos por la fuerza del huracán.
¿Cómo fue que llegó hasta la Ciudad de México?
“Salí caminando de mi rancho y un amigo me prestó 600 pesos para llegar a Oaxaca para venirme a la Ciudad de México, pero no me alcanzó, por lo que me vine de ‘rait’ a Puebla, luego otro amigo me dio otro ‘rait’ cerca de la ciudad y ya de ahí una señora me dio 100 pesos para llegar hasta acá y cuando llegué al Metro no me cobraron la entrada y llegué aquí. Una señora me prestó esta casita de campaña. Fue una odisea haber llegado acá”.
La decisión de dejar su pueblo y venir a la capital a exigir ayuda fue a raíz de pasar cuatro meses sin ingresos, “me siento impotente, me siento mal de estar aquí como bicho raro, porque la gente se me queda viendo, muchos me fruncen la cara porque dirán ‘este viejo está de limosnero’, pero yo estoy explicando aquí por qué vengo, no es porque sí, vengo porque estoy afectado, no porque quiera chantajear ni nada. Además tengo pruebas, ya hablé con el presidente municipal, con líderes comunales, fueron a investigar y vieron que es cierto, que perdí todo”.
Dejó a su esposa justo unos días antes del sismo de 8.2 grados
“Yo vivo con mi compañera, mi esposa, porque mis hijos ya están grandes. Tengo tres: uno está en Estados Unidos y tenemos años sin saber de él, otro está en Querétaro y otro en Michoacán, pero ya tienen su vida aparte”.
¿Ha hablado con su esposa tras el sismo?
“Estoy preocupado porque no hay comunicación. Aquí me tocó el temblor, la última vez que hablé con ella fue antier (miércoles 6) en la mañana. Me comuniqué con mi compañera, mi esposa, y me dijo que estaba lloviendo mucho por allá”.
¿Se ha enterado de algo que haya pasado por allá?
“Sí, en la casa de un amigo que vive en Chico Pérez (Acatlán de Pérez Figueroa), su esposa y una de sus nietas se murieron, se quedaron bajo los escombros”.
¿Piensa volver?
“Yo vine a encontrar una respuesta y si no me la dan no me voy. Porque irme sería llegar con la cola entre las piernas y de alguna manera eso es una derrota. Yo vine con fundamento a pedir lo que por derecho me corresponde y para eso está creado el Fonden”, aclaró Alejo.
Para finalizar remató criticando la inactividad del gobierno: “Ahora, que las víctimas de diferentes desastres y los diferentes tiempos que han pasado no han reclamado conforme a derecho ya es su problema. Yo no estoy dispuesto a callarme, yo voy a pelear. Voy a tocar puertas, sino me escuchan aquí me voy a la Cámara de Senadores o a la de Diputados o a la CNDH”.
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