La palabra es de origen afrocubano y significa bebedizo o “sustancia usada con fines delictivos”
El individuo presenta dificultades para hablar y en algunas personas puede causar desorientación, delirio y agresividad
Ayer viernes Nisaly Brito, psicóloga clínica y defensora de derechos humanos de la infancia, advirtió que Marco Antonio, quien desapareció por cinco días, luego de que agentes de la Ciudad de México lo detuvieron, pudo haber sido sometido a tortura y obligado a consumir escopolamina, conocida como burundanga. Pero ¿Qué es esta sustancia y cómo actúa en el organismo?
Primero es preciso remontarse a la raíz misma del nombre que, según una publicación del portal de medicina Intramed, tiene origen afrocubano y significa bebedizo o “sustancia usada con fines delictivos”.
El experto toxicólogo Doctor Carlos Damin explicó al portal que “es por vía oral como más frecuentemente se administra a las víctimas de ilícitos” y su permanencia en el organismo puede ser de larga duración.
Después de una o dos horas, la intoxicación de la burundanga empieza a hacer efecto , pues la persona comienza a sentir sed y presenta dificultad para deglutir y hablar, esto último se observó en el menor de 17 años, quien no podía hilar oraciones coherentes.
El individuo también reacciona con pupilas dilatadas, así como visión borrosa para objetos cercanos.
Aumenta la frecuencia cardíaca, hay retención de la orina y, en dosis altas, puede haber arritmias cardíacas, taquicardia severa, insuficiencia respiratoria, colapso vascular e, incluso, la muerte.
En el reporte, el especialista detalla que la escopolamina “ocasiona un estado de pasividad completa de la persona”, quien “recibe y ejecuta órdenes sin oposición, desapareciendo los actos inteligentes de la voluntad lo que se denomina “sumisión química” y presenta amnesia anterógrada”.
Aunado a esto, “bloquea las funciones relacionados con aprendizaje y memorización. En algunas personas puede causar desorientación, excitación psicomotriz, alucinaciones, delirio y agresividad, similar al producido por la atropina, conocido como “delirio atropínico”.
“En dosis muy altas produce convulsiones, depresión severa y coma”, agrega el informe.
Respecto al caso de Marco Antonio, la activista Brito subrayó que las autoridades tienen la obligación de dar a conocer el estado de salud del joven, así como las afectaciones físicas que podrían repercutir en él a corto y largo plazo.
Sé parte de la conversación