“Machos con machos era un broma. En cambio si es con una mujer se vuelve más grave”, asegura el sacerdote
Las víctimas eran todos niños sordomudos, cuya discapacidad les impedía contar los abusos
Recientemente se ha difundido un video en el que se recopilan los testimonios de ex alumnos del Instituto Próvolo de Verona, en Italia, donde narran las agresiones sexuales sufridas durante su estancia en la escuela religiosa.
El Instituto Próvolo es una escuela enfocada a niños de escasos recursos y con discapacidad auditiva, siendo esta condición la que ayudaba a que los menores no pudieran hablar sobre el abuso.
Uno de los agresores es identificado como el sacerdote “Don Piccoli”, quien fue entrevistado de manera encubierta y que admite que los abusos sucedieron.
De acuerdo con las víctimas que aparacen en el video, al momento de la agresión tenían entre 5 y 7 años, algunos no entendían bien lo que sucedía, pero reconocen en su discapacidad una limitan para pedir ayuda.
Un total de 67 ex alumnos del Instituto Próvolo denunciaron en 2009 los abusos sexuales a los que fueron sometidos por los sacerdotes. Sin embargo, la Fiscalía de ese país consideró que los delitos habían prescrito debido ya que ya habían pasado más de 20 años, período establecido en el Convenio Internacional de Lanzarote, por lo que no abrió investigaciones.
El equipo de Fanpage se dio a la tarea de buscar a Don Piccoli, señalado como uno de los agresores. El sacerdote se encuentra en un hogar de retiro para religiosos mayores en Negrar, y realizó confesiones al reportero creyendo que era un antiguo alumno.
Durante la charla, el cura es cuestionado sobre los rumores de abusos a niños del Instituto Próvolo, a lo que él responde que son verdad, que era algo normal.
Admite que casi todos los sacerdotes abusaban sexualmente de los niños porque era común en la época y detalla que aquellos que eran descubiertos en actos lascivos con menores de edad los trasladaban a Argentina.
Debido a la condición de los pequeños, no podían denunciar a los pederastas y fue gracias a unos audífonos de última generación como pudieron relatar las vejaciones en su contra.
“Me llevó varias veces al confesionario, me hizo desnudar y me sodomizó”, asegura uno de los ex alumnos del Próvolo.
“Cuando llegué tenía tres años y medio, lo vi todo, era un tortura horrible”, afirma otro.
Un joven de unos veinte años relata que los curas le introducían los dedos por el ano con violencia hasta que finalmente había penetración: “No entendía, era muy pequeño”.
En tanto Piccoli, asegura que “la única broma que hice fue con un chico que toqué donde no debía”.
Piccoli asegura que sólo ocurrió una vez debido a que el alumno lo estaba incitando y todo ocurrió bajo en consentimiento del menor.
“En un momento perdí la cabeza yo también, lo agarré por detrás y le dije: ‘Leche’”, confiesa.
Al ser preguntado si consideraba que había pecado, afirma que no, porque “machos con machos era un broma. En cambio si es con una mujer se vuelve más grave”.
Las víctimas reclaman que las violaciones han quedado impunes, y de acuerdo con el diario argentino Clarín, Piccoli es el único de los profesores sacerdotes que ha recibido sanción penal según el derecho canónico. Consiste en una vida dedicada a la plegaria y fuera del alcance de los niños.
El Vaticano ha recibido las denuncias de la Asociación de Sordos e investigó los hechos en 2010. Sin embargo, a pesar de admitir los abusos en 2012, hasta ahora no ha tomado medidas relacionadas con la excomunión de los religiosos ni indemnizado a las víctimas.
Fuente: Sin Embargo
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