Cynthia Judith García Salcedo, de 19 años, fue el pasado 6 de enero a la casa de su abuelita Reyna para felicitarla por su cumpleaños. Estuvo contenta en el convivio familiar, en la colonia Atlas, de Guadalajara.
A las 16:30 decidió regresar a casa, por lo que envió un mensaje desde su celular a su tía (con quien vivía) de que ya iba en camino. Entonces su tío y su hermano menor la acompañaron para que abordara el camión de la Ruta 333, con rumbo al centro tapatío; después tendría que abordar otra unidad que la llevaría a San Sebastianito, en el municipio de Tlaquepaque. Desde entonces nadie conoce su paradero.
Cynthia era estudiante de cuarto semestre en la preparatoria Tonalá Norte, en el turno vespertino. Sin embargo, recientemente ya no mostraba interés por asistir a esa prepa y planeaba su cambio a otro plantel.
Tenía buenas calificaciones cuando entró. La niña iba a clases de inglés por la mañana y de repente empezó a tener miedo de ir a la prepa, tanto que ella me dijo que había iniciado un trámite para cambiarse. Le dije que estaba bien. Son cosas que las niñas débiles o dóciles comienzan a callar por amenazas”, señaló su padre Mario García.
La joven, de 1.65 de estatura, de complexión delgada y cabello lacio color castaño claro, le había confiado a una amiga que estaba siendo chantajeada por miembros del comité escolar de la prepa y se sentía atemorizada.
Ella dice (en un mensaje de red social) que es chantajeada por el comité de la prepa para que no le afecten sus calificaciones y logre su cambio de preparatoria, pero como ella no cedió a los favores sexuales se sentía aterrorizada de que sus papás se enteraran de que estaba mal en sus calificaciones.
Empecé a notar que ya no le tenía interés a la prepa, pero aun así no dejaba de asistir, y de ser una buena alumna empezó a ser una niña promedio”, añadió el padre de Cynthia.
El director de la preparatoria recientemente se comunicó con el padre de la joven y le dijo que la alumna sólo tenía una asistencia a clases desde septiembre pasado.
Los padres rechazan esa versión, porque su hija todos los días iba a la escuela, y si acaso fuera cierto, por qué no habían sido informados de las inasistencias al transcurrir tantos meses, cuestionaron.
Es imposible (que haya faltado tanto) porque usted y yo sabemos que los maestros toman asistencia con lápiz y al final piden un trabajo especial y les ayudan con las calificaciones. Todos lo sabemos”, lamentó.
La familia de Cynthia ha iniciado una campaña de difusión vía electrónica a través de redes sociales y más de dos mil volantes impresos distribuidos por las rutas que seguía la jovencita.
No sé si Cynthia cedió al chantaje, no sé si está detenida por los del comité, ya no sé ni qué pensar, ya no sé qué creer. Lo único que nos queda es difundir, difundir hasta encontrarla”, dijo apesadumbrado.
Tomado del Diario de Veracruz
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