Indicios de más de 10 posibles fosas, huesos enterrados, ropa, zapatos, restos de cobijas y cobertores quemados, y basura de comida enterrada es parte de lo que hallaron durante una búsqueda familiares de víctimas de desaparición forzada y el promotor de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), Miguel Ángel Jiménez Blanco en las Cuevas del Diablo, en la cima del cerro Gordo, al poniente de Iguala.
La visita a este punto se hizo sin el apoyo de efectivos de Seguridad Pública de ninguna corporación con el apoyo de un guía, familiar de una víctima de desaparición forzada y que tenía información que en estas cavernas miembros de la delincuencia organizada, presuntamente del grupo Guerreros Unidos, habían llevado a un grupo “considerable” de gente secuestrada.
A las 11:10 de la mañana de ayer, después de que en el comedor comunitario de la parroquia de San Gerardo María Mayela, familiares de las víctimas de desaparición desayunaron y ofrecieron alimentos incluso a reporteros de medios estatales y nacionales, la expedición inició.
En vehículos particulares un grupo de ocho familiares de víctimas de desaparición forzada, el promotor de la UPOEG, Miguel Ángel Jiménez y más de 10 reporteros salieron a la colonia Loma de los Coyotes en la carretera Iguala-Teloloapan. A unos cinco kilómetros, al llegar al retén militares, se toma una brecha de terracería que está a la derecha y conduce hacia la falda del cerro Gordo, al poniente de Iguala.
Después de conducir por el camino de terrecería unos 4 kilómetros se llega a un punto en el que ya no pasan los vehículos por el camino agreste, y a partir de ahí se inicia el camino ascendente a pie hasta la parte más alta del cerro Gordo. Previo a la travesía a pie sin el apoyo de seguridad, Miguel Ángel Jiménez Blanco recibió una llamada telefónica de la subprocuradora de derechos humanos de la Procuraduría General de la República (PGR), Eliana García Lagunas, quien le pidió que la expedición a la zona se cancelara para no poner en riesgo a quienes iban, ante el rumor de que en las cavernas había gente armada.
Tras someterlo a votación ante los familiares de las víctimas de desaparición por unanimidad acordaron continuar “bajo nuestra propia responsabilidad” y reclamaron la falta de apoyo de la PGR y de las otras dependencias de seguridad como el Ejército, la Marina y la Gendarmería que nunca los han apoyado cuando se va a este tipo de lugares donde hay indicios de que existe gente secuestrada y posible gente armada. Durante el trayecto, en los costados del camino agreste, familiares de las víctimas de desaparición fueron buscando y localizando indicios de posibles fosas, los cuales con el apoyo de unas varillas con punta y una agarradera que ellos crearon se verificó la posibilidad de que hubiera restos humanos enterrados, pero obtuvieron resultados negativos que se solicitarán a la PGR, “para que se hagan las excavaciones para descartar cualquier indicio”.
Las varillas elaboradas por los familiares de las víctimas de desaparición para la ubicación de posibles fosas son una especie de lanza que entierran con un marro en los lugares en los que hay características de fosas, que no son más que hundimientos de la tierra. Posteriormente las sacan y huelen la punta de la varilla para confirmar o descartar la presencia de olores fétidos que pueden ser indicios de la presencia de restos humanos. En el camino fueron ubicados tres puntos con estas características y otro en el que se hallaron los restos de una fogata en la que se quemaron ropa y llantas.
También fueron vistas junto al camino y entre algunas rocas algunas cruces de madera que al parecer fueron dejadas por familiares de gente asesinada en el lugar. El camino es agreste y de difícil acceso, por lo que el avance fue muy lento. Durante una inspección realizada por los familiares de las víctimas de desaparición y la UPOEG fue localizada una pala junto a cinco puntos con indicios claros de que se hicieron excavaciones con características de las fosas.
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