En México hay delitos sin delincuentes. Y es que a pesar del incremento de los ilícitos, hechos que las propias estadísticas demuestran, pocos son las personas a quienes se les sanciona por estos actos.
La gente sale a las calles para inconformarse por el hartazgo y la impunidad. Pero al mismo tiempo salen a las calles personas que sólo buscan generar daños y conflicto. Y se suman a los delincuentes que tampoco reciben castigo.
Un círculo vicioso. Por todos lados. Un país que no tiene liderazgo, un barco sin rumbo.
*Esta columna refleja sólo el punto de vista de su autor
POR: Leonardo Schwebel
@LeoSchwebel
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