(2 de diciembre, 2014).- Para Enrique Peña Nieto, la noche del 26 de septiembre en que 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa fueron detenidos y desaparecidos, evidenció un “antes y un después” en materia de seguridad pública.
A la ruptura de etapas, el mandatario sumó la debilidad de las instituciones y la vulnerabilidad de los municipios ante el crimen organizado, dijo durante un acto realizado en el municipio de Cintlapa, Chiapas donde se realizó el acto “Entrega nacional de vivienda y apoyos Prospera”.
Peña si bien aseguró que se han dado “pasos importantes” haciendo alusión a las reformas estructurales y programas sociales, insistió en la necesidad de instituciones sólidas que puedan hacer frente al crimen organizado.
De acuerdo con Proceso, el Estado Mayor Presidencial estableció cinco filtros a 500 metros de distancia del evento, evitando que “miles de acarreados” pasaran botellas de agua y comida que les dieron en los camiones que los transportaron desde sus comunidades.
Para Edna Jaime, directora general de México Evalúa, la llegada de Enrique Peña Nieto a su tercer periodo presidencial se da en una “crisis de debilidad y legitimidad muy profunda”, que no coincide con el plan ambicioso que presentó en diciembre del 2012.
La crisis existente es difícil de remontar, señaló la directora de la organización, a pesar del plan por la legalidad presentado por Peña Nieto pues las propuestas aún deben ser analizadas una a una.
Edna Jaime afirmó que en el discurso de Peña Nieto en Palacio Nacional, faltó abundar sobre el tema de corrupción o asumir compromisos específicos al respecto.
De no repuntar la economía mexicana en los últimos meses, la situación del país será más complicada, añadió.
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