La ley mexicana no contempla las agresiones cibernéticas como un delito
Un ciberataque es una operación donde participan decenas de personas que hacen más sutiles y sofisticadas estas agresiones
Los ataque y amenazas cibernéticas son cada vez más comunes en México, aunque no se trata de un fenómeno exclusivo de nuestro país sino que sucede en todo el mundo.
Estos empiezan con un usuario que realiza una amenaza por Twitter a su víctima y le dice que “el patrón ya dio la orden”, “tu sangre será derramada”, y acompaña el mensaje con una fotografía de un ejecutado, restos humanos o un sicario.
Luego de ello, la víctima comienza a ser acosada por cerca de 74 o 150 cuentas y aunque al inicio parecerá que se trata de trolls o bots, el acoso puede llegar al grado de tocar la puerta de la casa de la víctima o apuntarle desde la calle con un láser.
Aunque no se sabe porque razón realizan este tipo de ataques, lo que sí se conoce es que detrás de ellos están ‘cibermercenarios’ que cobran grandes sumas de dinero por ello, y que se jactan de ser buscados en el extranjero o que crear un Trending Topic.
Estos usuarios que están cobrando vida existen en diferentes partes del mundo, pero en México estas agresiones tienen como blanco principal periodistas, activistas y personas que critican al gobierno o defienden alguna causa social.
No obstante la ley mexicana no contempla estas agresiones como un delito, por ello no son perseguidos.
Alberto Escorcia, bloguero, experto en redes y activista que descubrió en 2012 la red de bots del entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto, es víctima de estos ataques y recibido varias amenazas de muerte.
De acuerdo con el periodista no solo se trata mensajes por redes sociales, sino de toda una estrategia que contempla el monitoreo y espionaje de la víctima, además de una operación donde participan decenas de personas que alimentan esas cuentas de Twitter a las cuales les dan vida y personalidad, haciendo más sutiles y sofisticadas estas agresiones.
“En 2014, cuando documenté el ataque a la tendencia #YaMeCansé (relacionada con el caso Ayotzinapa) tuve acceso a algunos testimonios de personas que lo hicieron y que se arrepentían y querían colaborar para frenar esto. Ellos decían que ganaban 50,000 pesos mexicanos por hora para coordinar un ataque, que contemplaba operadores que alimentaban 150 cuentas de Twitter con la ayuda de TweetDeck u otrossoftwares. A veces había 10 o 15 operadores para un ataque de dos horas. Ahora los ataques se han vuelto más oscuros y más sofisticados y no tengo las cifras actualizadas pero ¿quién puede financiar ataques de dos o tres millones de pesos? Son o una empresa o una institución”, relata Alberto Escorcia.
Periodistas como Andrea Noel, Álvaro Delgado, Denise Dresser, Denise Maerker, Aranzazú Ayala, el escritor Rafael Pérez Gay, el activista Alejandro Solalinde, han sido víctimas de estos ataques.
Hasta el momento no hay registro de víctimas mortales relacionadas con estos ataques, pero Alberto Escorcia exige a las autoridades tomar medidas porque “estos ‘cibermercenarios’ se están haciendo más fuertes y si no se hace nada habrá consecuencias reales”.
Fuente: Univision
Sé parte de la conversación