La ciudadanía del país piensa que los miembros de la familia cuentan con total impunidad.
En Arabia Saudí se ejecutó al príncipe Turki Bin Saud al Kabir por el asesinato del cual se declaró culpable.
La ejecución es la 134 en lo que va del año y es el primero de un miembro de la familia real desde hace más de 40 años.
La noticia difundida entre los medios del país expresa el mensaje de que todos son iguales ante las leyes.
Hace tres años, un tribunal condenó al príncipe por haber matado de un disparo durante una pelea al ciudadano saudí Adel Bin Sulaiman Bin Abdulkarim al Mihaimid.
La legislación Saudí basada en la ley islámica castiga el delito con pena de muerte, aunque puede ser revocada si se concede e perdón de la familia de la víctima con una compensación, a lo que se le denomina como dinero de sangre.
En este caso, los parientes de Adel rechazaron las ofertas y se pidió que se hiciera justicia.
La cifra de muertes que van hasta el momento casi alcanzan las 151 que Amnistía Internacional contabilizó en el 2015, que fuera la cifra más alta de las últimas dos deácadas.
No se explicó el método por el cual se ejecutó al príncipe, pero la decapitación por espada es lo más practicado en Arabia Saudí; también se usa el fusilamiento para los miembros de la familia real y las mujeres.
Fue relacionado el caso de la princesa Mishal Bint Fahd, sobrina del rey Jaled, quien acusada por adulterio en 1977 y fue ejecutada junto a su presunto amante en un parque público de Yeddah.
Dos años atrás, se presentó el caso de la ejecución del príncipe Faisal Bin Musaid al Saud, quien asesinó a su tío el rey Faisal.
Ambos casos se trataron como asuntos de familia, pero muchos ciudadanos Saudies tienen la idea de que los miembros de la familia real gozan de impunidad ante la ley.
Tras la ejecución del príncipe, el Ministerio del Interior resalta que sólo se cumple la voluntad del gobierno del rey Salmán que dicta “mantener el orden, garantizar la seguridad y lograr la justicia mediante la aplicación de las reglas prescritas por Dios para quien agrede a inocentes y derrama su sangre”.
Fuente: El País
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