Las zonas tenían flora única en todo el país
Salinas Pliego y otros empresarios explotaron la quinta parte de Chiapas hasta dejarla contaminada
Entre 2000 y 2015 el gobierno federal concesionó la quinta parte del territorio chiapaneco para la exploración y explotación de oro, plata, cobre, plomo, zinc, titanio, fierro y barita. En total 1.5 millones de hectáreas de tierra lista para ser explotada sin un control ambiental.
Al principio los pobladores recibían 2,000 pesos anuales para que fundaciones y políticos ligados a Ricardo Salinas Pliego extrajeran piedras, algo así como una compensación. Esto mediante las minas de La Libertad y La Nueva Francia.
Pero los habitantes de las zonas explotadas comenzaron a notar los verdaderos costos de la extracción de minerales en las tierras en las que trabajaban para sobrevivir mediante la producción de árboles frutales y café.
En el poblado de Nueva Francia, por ejemplo, la oquedad que dejaron las excavaciones en la parte alta, provoca que se llene de agua verdosa en época de lluvia, que hace imposible que algún tipo de fauna se pueda desarrollar ahí. Además, en el municipio de Chicomuselo asesinaron a Mariano Abarca Robledo por oponerse a la explotación de la mina ubicada en el ejido Grecia.
Los trabajos de minería comenzaron a causar efectos en la región, los seres vivos se quedaron ciegos, en específico los peces de los ríos y el hijo de Filigonio de León Pérez, un habitante de Nueva Esperanza.
La contaminación aumentó y los pobladores comenzaron a protestar. En 2012, las autoridades reconocieron que las minas no tenían en regla las autorizaciones de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), puesto que se encontraban en el núcleo de la Reserva y Zona de Amortiguamiento de la Biosfera El Triunfo (que alberga el bosque de niebla más importante del país) y en el Área Natural Protegida de La Encrucijada.
Después las autoridades clausuraron las minas, pero los empresarios dejaron pasar un tiempo para retomar la explotación de las zonas mediante la entrega de concesiones y la obtención de nuevas tierras con procesos de compra o renta.
Fundación Azteca comenzó a tener presencia en la región.
“Las corporaciones han asaltado el poder, decidiendo el destino del país y del mundo. Han logrado modificar leyes para que respondan a sus intereses”, aseguró el activista por los derechos ambientales, Gustavo Castro.
En este contexto se crearon las Zonas Económicas Especiales, y los cambios en el Congreso a la Ley Agraria y a la Ley de Áreas Naturales Protegidas. Con estas legislaciones ya no se protegerán a las zonas con potencial minero, aseguró Castro.
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