Nuestro comportamiento sexual no dista mucho del que tenían nuestro antepasados…
Hace aproximadamente 100 mil años, nuestros antepasados iniciaron una serie de migraciones que los llevaría desde África hacia todos los rincones de Europa y Asia. El encuentro entre especies dejó una gran huella en el ADN, pieza clase para saber cómo era el sexo en ese tiempo, pues revelan que hubo hibridación.
“En nuestro ADN llevamos aproximadamente un 3% de genes neandertales por lo que podemos afirmar rotundamente que hubo contactos sexuales, pero si analizamos el tiempo en el que ambas especies cohabitaron y lo comparamos con ese porcentaje, vemos que es muy pequeño… No debieron de encontrarse muy atractivos”, afirma María Martinón, paleoantropóloga e investigadora del equipo de Atapuerca.
Los primeros indicios de coexistencia entre neandertales y humanos anatómicamente modernos en una misma zona datan aproximadamente de hace 100 mil años y se han encontrado en yacimientos de Palestina e Israel, mostrando que a la par de la evolución, también cambiaron los encuentros sexuales.
A pesar de que muchas veces creemos que había mucho sexo y nos imaginamos al cavernícola arrastrando del pelo a una mujer, esto no fue así. El sexo era poco pues las especies no se reconocían a ellas mismas como iguales.
Sin embargo, la conducta sexual de nuestros antepasados no difiere tanto de muchos de nuestros actuales comportamientos, pues lo que hacemos en la actualidad partió de ese pasado.
Las parejas comenzaron a tener relaciones más allá de la cuestión de procreación para disfrutarlas y dar paso a lo que somos hoy en día.
Fuente: el español
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