Olive fue descrita como una mujer “en duelo, insatisfecha”
Los Oatman eran mormones y su líder religioso estaba en guerra con otra iglesia.
También conocida como la primer mujer blanca en tatuarse, Olive Oatman en 1851 tenía 14 años, lucía dos largas trenzas y era la tercera de siete hermanos. Olive era una niña en el salvaje oeste americano.
El día en que todo ocurrió, la joven llevaba varias jornadas viajando en carruaje junto a toda su familia , huían de Utah hacia California.
Los Oatman eran mormones y su líder religioso estaba en guerra con otra iglesia. Hay quien dice que viajaban solos, otros aseguran que la familia de Olive formaba parte de una caravana hacia el oeste.
Lo que nadie niega son los sangrientos hechos que ocurrieron después. Era el cuarto día. De pronto, alguien gritó: “¡Apaches!”, varios de nativos americanos abordaron el carruaje de los Oatman y empezaron a asesinarlos, eran de la tribu de los Yavapai. Sólo Olive y su hermana Mary- Ann, de siete años, sobrevivieron a la masacre.
Los indígenas las secuestraron, se las llevaron a su poblado. Fueron utilizadas como esclavas hasta que el líder de la tribu decidió venderlas.
El destino de las niñas iba a ser el campamento de los mojave, famosos por sus temibles tatuajes y por leyendas de violencia, el mismo jefe mojave y su esposa adoptaron a las niñas blancas y decidieron pintar un tatuaje en la barbilla de Olive, unas líneas y flechas dibujadas con tinta azul.
Ella pensó que aquella marca la identificaba como esclava, pero aquella señal era un símbolo de protección mojave para entrar en el valle de la muerte, era, en realidad, una bendición.
La mayoría de las mujeres mojave llevaban tatuajes en la barbilla. Además, los nativos se dirigían a las hermanas con la palabra “ahwe”, que significa “extraño”, no esclavo o cautivo.
Cinco años después, durante una fuerte sequía, la pequeña Mary-Ann murió de hambre, los rumores sobre las mujeres blancas que vivían con los indios empezaron a extenderse entre las comunidades europeas, un día, un mensajero blanco llegó al campamento pidiendo el regreso de Olive a la civilización.
Después de unas negociaciones, se acordó que la joven de 19 años fuera trasladada al fuerte Yuma, se sabe que lloró, llevándose las dos manos a la cara, al ser entregada al Ejército de Estados Unidos.
Olive llegó ataviada con ropas indígenas, con el pecho descubierto, y tuvieron que hacerle ropa de nuevo. Al cabo de una semana, Olive supo que su hermano Lorenzo no había muerto después del ataque y que la estaba buscando para que fuera a vivir con él. En realidad, todo el mundo la estaba buscando.
Olive Oatman se hizo famosa al instante: todos los escritores querían atrapar su historia. En 1857, Royal B. Stratton escribió el libro The Captivity of The Oatman Girls, se convirtió en un éxito de ventas y Olive en un amuleto comerical: la chica con el tatuaje en la cara hizo múltiples lecturas por Estados Unidos como forma de promoción, hasta que se casó con el ganadero John B. Fairchild.
El marido de Olive quemó todas las copias del libro que había a su alrededor, le prohibió hacer más lecturas y tours promocionales, quiso borrar esa etapa de su vida, poco después, el matrimonio descubrió que Olive no podía tener hijos, era estéril. Adoptaron una bebé y se mudaron a Texas.
Cuenta la leyenda que la joven del tatuaje en la cara quería morir siendo mojave, era feliz con los nativos y nunca quiso volver.
Años después de ser reinsertada Olive fue descrita como una mujer “en duelo, insatisfecha”. Durante su vejez sufrió fuertes dolores de cabeza y depresión, por lo que llegó a ingresar unos meses en una clínica canadiense.
A pesar de la fama y el estrés post traumático que es probable que sufriera después de la masacre de su familia, Olive llevó siempre consigo un tarro de avellanas que le recordaban su vida con los mojave. Murió en 1903, a los 65 años.
Fuente:UPSOCL
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