Nanotecnología para apurar la última gota de champú.
Un nuevo sistema permite que el jabón no se quede pegado al fondo de la botella y aprovechar todo el contenido.
Es lo que se conoce como un “problema del primer mundo”, una molestia insignificante pero que a la larga nos hace perder algunos minutos de nuestras vidas y, sobre todo, desaprovechar recursos. Porque, ¿quién no se ha frustrado alguna vez intentando sacar la última gota de champú o jabón de la botella y ha tenido que desistir porque resultaba imposible?
Un grupo de investigadores de la Universidad del Estado de Ohio presenta esta semana en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society una solución técnica que podría erradicar para siempre este pequeño problema. La clave está en la creación de un compuesto de silicio o cuarzo cuyas estructuras nanoscópicas crean pequeñas bolsas de aire en forma de Y que evitan que el champú se adhiera a la superficie.
Las soluciones basadas en nanotecnología para evitar la adherencia ya se han aplicado en la industria de la comida, pero no con detergentes y jabones debido a sus características. “Comparado con los jabones, sacar el kétchup de una botella es un problema trivial”, asegura Bhushan. “Nuestra cobertura repele líquidos en general, pero repeler el jabón era la parte difícil”.
La clave, explican los investigadores, está en la tensión superficial, o en la tendencia de las moléculas de una sustancia a pegarse a otras. El kétchup y otras salsas están compuestas mayoritariamente de agua y las moléculas de agua tienden a pegarse unas a otras más que al plástico. Pero los surfactantes – las moléculas orgánicas que dan sus características al jabón – funcionan justo al contrario: tienen muy baja tensión superficial y se adhieren al plástico fácilmente. Esto permite al jabón hacer dos cosas: disolver la grasa y ayudar al agua a penetrar en los tejidos. Pero es justo esta tenacidad la que hace tan difícil despegarlo del fondo de una botella de plástico.
Fuente: Vozpópuli
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