Una de cada tres personas sufre malnutrición
La obesidad no es sinónimo de estar bien nutrido, cuando el cuerpo humano obtiene más energía de la que gasta entonces tiende a acumular esta energía en forma de tejido adiposo.
La obesidad aumenta en casi todos los países mientras la desnutrición persiste en los lugares más pobres y la malnutrición se extiende por el mundo, según informó por medio de un comunicado el Global Nutrition Report.
Las conclusiones del informe provienen del análisis de 129 países, de los cuales 57 presentan altos niveles tanto de desnutrición -sobre todo en el retraso de crecimiento y anemia- como de obesidad y de sobrepeso en los adultos, explicó el investigador Lawrence Haddad.
Una de cada tres personas sufre malnutrición, fenómeno por el cual se producen casi la mitad de las muertes de los menores de cinco años. Estos procesos, junto a los regímenes alimentarios inadaptados, constituyen el primer riesgo de la sanidad pública, señaló.
Sin embargo, cabe destacar que la obesidad no es sinónimo de estar bien nutrido, cuando el cuerpo humano obtiene más energía de la que gasta entonces tiende a acumular esta energía en forma de tejido adiposo. Sin embargo, una dieta elevada en calorías no significa que una persona esté aportando las proteínas, minerales, vitaminas y la fibra necesaria para que su organismo funcione adecuadamente, por esta razón se puede decir que una persona obesa que tiene una dieta desequilibrada está malnutrida en lugar de desnutrida, ya que una persona desnutrida no consume las calorías necesarias.
Por lo tanto una persona con obesidad puede tener malnutrición por tener una dieta desequilibrada, es muy común que las dietas de las personas obesas favorezca el consumo de alimentos ricos en calorías y con pocas vitaminas y minerales. Por ejemplo, exageran en el consumo de alimentos grasosos y alimentos azucarados como Pizzas, pollos fritos, hamburguesas, papas fritas, chocolates, gaseosas azucaradas, caramelos, pasteles, panes, donas y helados.
Según el informe, los sistemas de alimentación actuales no cubren las necesidades de 795 millones de personas que pasan hambre, ni los dos millones con malnutrición. Y menos el 1,9 millones de personas con sobrepeso y obesos.
Esto provoca que dichos sistemas sean reconocidos como la fuerza impulsora de la malnutrición en todas sus formas.
Las comidas saludables son fundamentales para resolver el retraso del crecimiento y las deficiencias de vitaminas y minerales. Así como para la prevención de la obesidad y las enfermedades no transmisibles relacionadas con la dieta.
Fuente:Prensa-Latina/Adelgazarte
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