(28 de agosto, 2014).- “[…] antes que empujar la creación de cuerpos de seguridad pública militarizados, los gobiernos debieran atender las situaciones estructurales que incrementan la inseguridad y la delincuencia organizada”, señaló días atrás el defensor de derechos humanos, el padre Miguel Concha a propósito de la creación de la Gendarmería Nacional en México.
Durante una columna publicada en el diario La Jornada, Miguel Concha aseguró que México se estanca en una concepción de seguridad alejada del respeto y garantía de los derechos humanos, ya que los gobiernos actuales, “olvidan repasar las consideraciones mínimas relacionadas con sus obligaciones sobre la dignidad de las personas y los pueblos”.
La Gendarmería Nacional puesta en marcha el pasado 22 de agosto, como parte de los compromisos electorales de Enrique Peña Nieto ha generado más críticas y dudas que certidumbres. Investigadores y defensores de derechoshumanos, aseguran que hay un abanico de posibilidades para permitir la omisión, la carencia de transparencia y la violación de derechos humanos en el actuar del nuevo organismo policial.
Para el investigador Miguel Moguel, la creación de la Gendarmería padece una ausencia de perspectiva de seguridad ciudadana y derechos humanos consecuencia de la continua centralización de las funciones de seguridad tras la desaparición de la Secretaría de Seguridad Pública federal, la restructuración de la Policía Federal y la concentración de funciones de seguridad en la Secretaría de Gobernación.
“Si la Gendarmería va a existir como una División de la Policía Federal, uno de los principales retos a enfrentar es el de erradicar las prácticas de corrupción y de violaciones a los DDHH que pudieran persistir dentro de la institución yponen en grave riesgo los derechos de la ciudadanía”, precisa Moguel en su análisis titulado “El debate entre políticas de seguridad, democracia y derechos humanos: el caso de la Gendarmería Nacional” publicado por el Centro de Análisis e Investigación Fundar.
En cambio, el padre Miguel Concha, destacó que ante la creación de esta nueva policía castrense, “ninguna de las oficinas de gobierno tampoco ha consultado a la sociedad sobre la pertinencia o no de este tipo de cuerpo de seguridad […] Y mucho menos se ha propuesto un decreto o iniciado un proceso legislativo que le dé certeza jurídica”.
Según lo informado por el gobierno mexicano, los 5 mil elementos seleccionados fueron capacitados con 7 módulos de formación que incluía 35 materias tomadas en mil 422 horas de clases. Los módulos presentados fueron el Propedéutico, Ética y valores, Modelo de Gendarmería, Marco legal, Desarrollo y acondicionamiento físico, Técnicas y Tácticas en materia de reacción policial y la Formación Militarizada.
Para Octavio Amezcua “desde una perspectiva de derechos humanos, el principal problema no radica en que las Fuerzas Armadas como institución estén a cargo de la seguridad pública, sino el hecho de que personas con formación militar sin perspectiva de seguridad ciudadana estén realizando tareas como patrullajes, instalación de retenes, cateos, detenciones y atención de denuncias ciudadanas”.
Amezcua Noriega, director del Área de Defensa de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos A.C., resaltó el aumento del 700 por ciento entre el año 2006 y 2011 de las quejas por violaciones a derechos humanos en contra de elementos del Ejército mexicano conforme a cifras de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, antecedente inmediato del contexto en el que se genera la Gendarmería Nacional.
Por su parte el padre Miguel Concha concluyó respecto al tema, que: “Queda la pregunta de si más adelante se pasará de un mando civil a un mando militar, o a un militar disfrazado de civil. Más todavía, no sabemos el tipo defrankenstein que puede llegar a construir y desarrollar con este cuerpo de élite. ¿Qué se tendrá a la postre? Todo parece indicar que los militares no se retiran, sino que ahora se encargan de formar a las nuevas élites de seguridad”.
Fuente: Revolución 3.0
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