Vestido de superhéroe, príncipe, payaso o chef, un médico busca alegrar y dar una mejor vida a los niños con cáncer que atiende en un hospital público de Guadalajara, capital del occidental estado mexicano de Jalisco.
El doctor Sergio Gallegos Castorena se transforma cada día para sacar una sonrisa a las decenas de niños que llegan a su consultorio en el Hospital Civil de Guadalajara, una institución que presta atención médica a personas de escasos recursos de toda la región oeste de México.
“Es algo muy sorprendente la reacción de cada niño; me sobran besos, abrazos, sonrisas. Rompes mucho la barrera del médico que te va a mandar a que te piquen. La distancia que da la bata blanca se rompe muy fácil con esto”, dice el doctor en una entrevista con Efe durante una pausa en su largo día de consultas para dar seguimiento hasta a 20 niños.
Gallegos conoce a cada uno de sus pacientes y sabe qué personaje les gusta más, e intenta complacerlos. A veces se transforma en Iron Man, otras en príncipe, Chapulín Colorado o Chavo del Ocho, e incluso del chef italiano que les cocina una pizza ahí mismo en el pequeño y colorido consultorio.
No pueden faltar el payaso el día del niño, Santa Claus en Navidad y los Reyes Magos el 6 de enero.
“A ellos les encanta, lo disfrutan mucho y según el personaje son las reacciones. A veces ellos entran disfrazados, me escriben para saber qué disfraz me voy a poner”, explica el oncólogo pediátrico con un “chipote chillón” en la mano, el arma que distingue al Chapulín Colorado.
Sufrió el cáncer en carne propia. Sus padres tuvieron que llevarlo a Estados Unidos a recibir tratamiento. Desde entonces, el médico decidió que dedicaría el resto de su vida a que los niños mexicanos tuvieran una esperanza de vida en su propio país.
Fuente: Sin Embargo
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