Por Manuel Tenedor*
La visita de Barack Obama a la isla de Cuba sin duda es un parteaguas en la política exterior de Estados Unidos con Latinoamérica. Después de 88 años, un presidente estadounidense visitó la isla. Dejando de lado excitaciones mediáticas y evitando celebraciones anticipadas sin sentido, hay que tener en cuenta que aún quedan muchas cuestiones pendientes para que se logre una buena relación entre Washington y La Habana. A grandes rasgos es buena la reanudación de relaciones pero con sus respectivas reservas. Fiel a su mote de “Hipócrita del Siglo”, Barack Hussein Obama sugirió olvidar el pasado entre Cuba y EUA, pero por precisión con la historia y en favor del conocimiento, es fundamental no olvidar el pasado para entender las complejidades entre estos países para poder tener una idea más amplia acerca de esta “reconciliación”.Es innegable la dignidad humana que alcanzaron los cubanos mediante la Revolución, algo que nunca existió durante la dictadura militar de Fulgencio Batista, apoyada incondicionalmente por el gobierno norteamericano y derrocada por Fidel y compañía a finales de los 50´s. Pese a décadas enteras de esfuerzos intervencionistas, chantajes económicos y presiones internacionales para provocar su fracaso, la Revolución sigue de pie cosechando éxitos a su manera.
Existe una tendencia de satanización permanente hacia cualquier idea con tintes políticos y/o sociales de la Revolución Cubana y por lo contrario, la opinión pública se comporta muy condescendiente con los factores que no han permitido un mayor desarrollo de Cuba. Culpan a los Castro de todos los males que aquejan al país y a regañadientes reconocen los éxitos alcanzados en la isla con ellos al frente. El mayor obstáculo para un mayor avance cubano ha sido el Bloqueo Económico impuesto por Estados Unidos desde 1960 como represalia a las expropiaciones del gobierno revolucionario a empresas estadounidenses y pese a ello, la revolución sigue. El mismo Obama aseguró que dicho embargo terminará algún día pero que no sabe cuándo. Año tras año se ha votado en la ONU para levantar dicho embargo y en la votación más reciente, solamente EUA y el estado genocida de Israel votaron a favor de que siga el bloqueo, lo que dejó en evidencia la democracia simulada del Imperio. Y si alguien ya le ha visto los calzones al Imperio, sin duda ese es Cuba.
Por su parte, Raúl Castro evitó cualquier foto demasiado fraterna con Obama y dejó en evidencia la escasa amistad que tiene con él. Fidel Castro publicó recientemente “El hermano Obama”, una columna en la que hace una invitación para que nadie se ilusione con la idea de que el glorioso pueblo cubano renunciará a sus derechos y menos a la riqueza espiritual ya ganada con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura.
La reactivación de las relaciones diplomáticas sin duda pueden traer grandes beneficios tanto a Cuba como a EUA, incluso a toda la región, pero tendrán que pasar rápidamente de la gira mediáticamente rentable para ambos y de imágenes virales que impactan pero no dicen tanto.
El éxito de este descongelamiento diplomático sólo será posible si gira en torno al respeto de la soberanía y voluntad política, sin eso, el fracaso es inminente.
*Twitter: @ManuelTenedor
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