Los diputados se aumentarán este año 96 millones de pesos en la subvención destinada a los grupos parlamentarios, un ajuste del 12.13 por ciento que es superior a la inflación calculada en 3 por ciento, publicó este día el diario Reforma.
Con las subvenciones, los coordinadores parlamentarios pueden hacer uso sin necesidad de comprobar con documentos en qué fue empleado el presupuesto, pues supuestamente el gasto debe ser de interés público.
El dinero no se le da directamente a los diputados, sino que a través de la “operación” de cada grupo parlamentario deciden si lo usan para bonos, sobresueldos, compra de equipo, pago de asesorías, entre otros.
De acuerdo con el diario capitalino, los ocho partidos representados en la Cámara de Diputados reciben una tajada “fija”, de un millón de pesos mensuales para cada bancada, y otra “variable”, de unos 116 mil pesos al mes por cada legislador que la integra.
Esta es la tajada más importante que cada mes se depositan a las bancadas para sus gastos administrativos.
En 2015, la subvención variable fue de 696 millones de pesos. Para este año se realizará un ajuste, acordado en enero pasado por el Comité de Administración de la Cámara de Diputados, de 132 mil pesos por cada legislador, es decir, 792 millones para los grupos parlamentarios.
Además de estas subvenciones, detalla Reforma, los diputados se autorizan cada año tajadas extraordinarias para las bancadas. En diciembre pasado se repartieron 180 millones de pesos destinados para bonos especiales a diputados y para equipar oficinas, repartiendo un total de más de mil 150 millones de pesos que debían solventar gastos administrativos, de logística y de personal.
Reforma da cuenta de que tan sólo en la 62 Legislatura, que inició en septiembre de 2012 y culminó en agosto pasado, las bancadas se gastaron 3 mil 560 millones de pesos en ese periodo.
Pese a contar con diagnósticos, indicadores y estadísticas, así como con la promesa de un presupuesto base cero, es decir, alejado de las políticas inerciales, y comprometido a reorientar el gasto a las prioridades nacionales y a la nueva realidad económica del país, los diputados aprobaron en noviembre pasado un Presupuesto para 2016 que servirá para fijar el gasto del país, pero no para fomentar el crecimiento económico.
Tras aprobar el presupuesto de egresos, los diputados federales hicieron algunas reasignaciones al gasto público propuesto por el Ejecutivo federal y quitaron recursos de algunos sectores para enviarlos a otros.
Además, las bancadas renunciaron a recibir automóviles, teléfonos celulares, seguro de gastos médicos o partidas extraordinarias, incluso prometieron hacer más transparentes sus gastos. Sin embargo, los diputados no se pronunciaron a recortarse las subvenciones destinadas a las fracciones.
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