Los 350 millones de pesos obtenidos para ampliar un campus de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) se “perdieron”.
Un edificio de tres niveles para la docencia, con aulas, cubículos para profesores, áreas administrativas y un centro cultural, que se diseñaron quedaron en el papel.
De acuerdo con El Universal, el 85% de los recursos se destinaron al pago de salarios y prestaciones para el personal que labora en la UAM.
El predio de 32 mil metros cuadrados —ubicado en la delegación Gustavo A. Madero (GAM) y que se utilizaría para la ampliación de la Unidad Azcapotzalco— hoy sigue siendo un vivero, campamento de limpia, tiradero de chatarra y alberga una clínica dental.
La UAM negoció con diputados federales del Partido de la Revolución Democrática (PRD) un incremento a su presupuesto por los 350 millones de pesos en el ejercicio fiscal de 2015, con la promesa de que esos recursos se iban a destinar a la construcción de un plantel universitari.
El plan se denominó “Una Gran Alianza por la Educación”, y de acuerdo con la carpeta de la obra, desde julio de 2014 se tenía el anteproyecto arquitectónico para el que se tramitarían los fondos.
Fuente: El Universal
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