El agresor recibió el beneficio de prisión domiciliaria por su edad
Sin embargo comenzó a acosar a una niña que vivía al lado de su casa
Una madre de la provincia de Tucumán, Argentina, denunció el acoso del que fue objeto su hija de 12 años de edad, por parte de un hombre de 71, condenado por abusar sexualmente de su propia hija.
Por este acoso, la menor identificada como Sofia dejó de salir, incluso al patio de su propia casa a jugar, según información referida por el portal RT.
La pequeña era blanco de constantes agresiones verbales por parte de un anciano que cumplía arresto domiciliario por violar a su hija, a quien embarazó y obligó a parir.
Todo inició el pasado mes de junio, cuando Gregorio Evaristo Leiva fue beneficiado con la prisión domiciliaria, ya que por su edad fue considerado en el grupo de riesgo para contraer coronavirus.
El sujeto cumplía una pena de ocho años, en la cárcel de Villa Urquiza, Tucumán, pero al revocarse la medida Leiva se fue a cumplir su condena al barrio de Alderetes.
Los constantes acosos provocaron que un día la pequeña llamara a su madre al trabajo, y llorando le contó que el vecino no paraba de decirle cosas cada vez que la veía pasar.
Pese a la cuarentena, el agresor se ponía a beber con sus amigos en la puerta de su domicilio y cuando veía a la niña le decía frases como: “mi amor, te amo, vení”, entre otras groserías.
“No esperaba que lo suelten. Porque más allá de que me digan que estaba con prisión domiciliaria, para mí estaba en libertad. Tenía una pulsera electrónica y podía moverse en un radio de cien metros. Salía con su moto. Era dueño de agarrar a mi hija, llevarla a su casa, hacerle lo que quiera, matarla y dejarla en el descampado que está al lado de su casa”, relató la madre de la pequeña.
Por ello, la mujer envió a su hija con otro familiar. “Estaba muy obsesionado con ella, solo con la nena de 12”, contó la madre de Sofía.
Al parecer la hija del agresor tenía 14 años, casi la misma edad de Sofía, cuando la violó. Además, presuntamente también abuso de otra de sus hijas.
Eliana, madre de Sofía, intentó por un mes que le tomaran la denuncia, pero siempre la mandaban a otras dependencias, debido a que la Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual estaba cerrada por la pandemia.
Sólo hasta que medios de comunicación locales difundieron el caso fue cuando las autoridades la contactaron para que ampliara su declaración e incluso le pusieron una custodia policial a la puerta del domicilio.
“Esa noche mi hija durmió por primera sin tener pesadillas. Está mucho más tranquila”, expresó la mujer.
Sofía está escondida desde ayer en casa de unos familiares, porque el vecino se obsesionó con ella, con ella sola, con nadie más, y no puede salir al jardín, tender la ropa ni andar en rollers.
El vecino tiene 71 años y está condenado por abuso sexual agravado.
Sofía tiene 12. pic.twitter.com/kxDcKRdgHb— ๓คгเคภค г๏๓єг๏ (@MarianaR31) August 27, 2020
“Fue muy emotivo poder volver a abrazarla, no solo a ella sino también a mi nene de 6, que tampoco lo tenía conmigo porque también le ha afectado todo esto. Llora de noche, tiene pesadillas y empezó a hacerse pis en la cama”, dijo la mujer.
Al respecto, Eduardo Ruffino, director del cuerpo de abogados para víctimas de violencia contra la mujer, señaló que se pusieron en contacto con Eliana para asesorarla.
Asimismo, solicitaron medidas de revocamiento de la prisión domiciliaria de Leiva, mismas que ya se hicieron efectivas.
“La situación era complicada porque la mujer recibía amenazas de la familia de este sujeto, ante la posibilidad de que volviera a la cárcel. Pero estamos trabajando para darle tranquilidad y que las cosas vuelvan a su lugar”, sostuvo Ruffino.
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