Por: Manuel Tenedor
Las nauseabundas postales del Papa Francisco codeándose con lo peor de la clase política mexicana reflejan la total politización de su visita a México. La esperanza de que el Papa Francisco recitara palabras memorables para la vida social del país se esfumó. Mediante discursos tangenciales evitó tocar temas específicos de la crisis multidimensional de nuestro país. Obviamente las palabras del Papa no van a cambiar a México pero de menos pueden ayudar a despertar conciencias en los creyentes cívicamente apáticos.
Es un hecho que la necesidad de esperanza del pueblo mexicano no fue cubierta por las palabras ni los gestos “fuera de protocolo” de Bergoglio.
La visita de Francisco a México no pudo desmarcarse del oportunismo de políticos altamente despreciables. Católicos corruptos de doble moral que buscan establecer mediáticamente una autoridad moral en el Papa pero sinceramente el argentino todavía no se ha ganado del todo ese status. A esos destellos de apertura en temas históricamente estigmatizados por la iglesia todavía les falta ser incluidos en la práctica institucional. Los católicos deben tener muy claro que para los que no somos creyentes, Bergoglio resulta una figura meramente política que sin duda juega un rol importante a nivel mundial, tomando en cuenta los millones de adeptos al catolicismo y la influencia del Vaticano en ciertas cúpulas del poder global.
Hubiera sido una buena señal que el Papa concediera tiempo a víctimas de la crisis humanitaria que se vive en México, principalmente a los padres de los 43 Normalistas que personalmente considero el caso más representativo de esa crisis de Derechos Humanos. Entre la diplomacia exigida y la cobardía política, Francisco tuvo la imprudencia de dirigir condolencias por escrito a los familiares de los 49 muertos en Topo Chico pero en ninguna de sus intervenciones habló del tema. Lo que me parece totalmente imperdonable es que Francisco ni siquiera se reunió con víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes de la Iglesia Católica, un detalle que nos deja ver el nivel de encubrimiento que se vive al interior de la institución. Mientras Tanto en México informó que la Red de Sobrevivientes del Abuso Sexual por Sacerdotes identifica a 16 curas mexicanos denunciados por pederastia, los cuales todavía siguen desempeñándose en sus cargos. Uno de los casos más emblemáticos de abuso sexual a menores en México, es el del fundador de la Legión de Cristo, Marcial Maciel, quien tenía denuncias en su contra por este delito y la Iglesia no hizo nada para reprenderlo sino todo lo contrario. Juan Pablo II tenía conocimiento de ello y hasta elogió públicamente Maciel.
A nivel comercial, seguramente Juan Pablo II fue más rentable que Francisco I. Eran otros tiempos. Algunos creyentes católicos han hecho una lectura errónea a las críticas ejercidas en contra de la Iglesia y el Papa, al punto que las han considerado como un atentado a su libertad de creencia pero no es así. Desafortunadamente para su causa, no hay un tribunal divino que le otorgue justicia a las víctimas. La Iglesia Católica parece sobrevivir más por tradición que por convicción de sus feligreses.
“El diablo no respeta ni sotanas”, advertía ese gran latinoamericano Hugo Chávez Frías.
Buen viaje Francisco, esperamos NO verte pronto por acá.
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