De cinco jóvenes secuestrados por elementos policiacos en Tierra Blanca se han agregado 18 padres de familia más reclamando a sus hijos.
Esta tarde los familiares se concentraron en la iglesia Del Carmen en Tierra Blanca, donde oraron y pidieron por el pronto regreso de sus hijos.
En la caminata para la misa del obispo, las cantinas bajaron los decibeles de sus rockolas al paso de la feligresía con los padres dolientes. En Veracruz “nos falta seguridad, tranquilidad y confianza”, dice el Obispo en el día 25 de espera frenética y angustiante. Vecinos de Playa Vicente se trasladan a Tierra Blanca, solidarios con sus amigos, los padres de los chicos secuestrados.
Durante los 24 días que llevan desaparecidos los cinco jóvenes de Playa Vicente –levantados por policías estatales y entregados a una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación el pasado 11 de enero– “nos la hemos pasado llorando y rezando”, dice Columba Arróniz, madre de Bernardo Benítez.
El obispo de Veracruz, Felipe Gallardo Martín del Campo, quien ofició una misa en el lugar, dijo a los desesperados padres que “en un callejón sin salida hay que fortalecerse en Dios desde la familia”.
Añadió: “Hoy es una angustia pedir justicia. Es admirable cómo se están conduciendo con esa fortaleza”.
Hace diez días, José Benítez, padre de José Benítez de la O, aseguró que a él y a los familiares de los otros cuatro jóvenes desaparecidos se les acabaron las lágrimas. Hoy el llanto, los nudos en la garganta, los ojos vidriosos volvieron a asomar en la marcha rumbo a la iglesia y al llegar a ella.
Los familiares partieron de la Fiscalía Regional de Tierra Blanca –que ha sido su casa las últimas tres semanas y media– hacia la parroquia, ubicada a seis cuadras.
A la marcha acudieron apenas 50 personas custodiadas por elementos de Fuerza Civil, pero ya en la iglesia se concentraron alrededor de 200 habitantes de Tierra Blanca para ofrecer su respaldo a los familiares y cobijarse en el único refugio de las víctimas en el legado duartista, la justicia divina. Existe un tajante agnosticismo en la indiferente trinidad compuesta por Arturo Bermúdez, Javier Duarte de Ochoa y Luis Ángel Bravo Contreras.
El líder de la diócesis de Veracruz, nombró uno a uno a las personas privadas de su libertad en el presente sexenio. La lista no llegaba a su fin y ya paralizaba a los presentes. No se trataba de un largo listado de feligreses convalecientes, se presentaron 23 fotografías que evidenciaron la sórdida impunidad que radica en Tierra Blanca, Veracruz.
Sara Cruz Contreras, madre de joven entregado al crimen organizado por policías estatales el 15 de octubre de 2013, aclara que ya no se trata de la ciudad a la que la gente conoce como La Novia del Sol. “Son pendejadas”, sentencia, “estamos en el mero infierno.”
Fuentes: Sin Embargo y Proceso
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