Tras meses y meses de estarnos cantando que ya venía, finalmente el PRD presentó en Jalisco la iniciativa para aumentar la cantidad de mota que uno pueda cargar, para que la pueda sembrar y para incluirla en el catálogo de opciones para atender enfermedades. Todo eso suena muy bonito y de hecho es muy necesario en un estado como en el nuestro en que todo mundo conoce a un pacheco o es uno de esos que de vez en cuanto se avienta un gallito.
El fondo del asunto es padre porque va encaminado a quitar herramientas a autoridades que usan la ley a su favor para extorsionar o joder a chavos (o chavorrucos) que lo único que hacen es consumir una sustancia que altera un poco sus sentidos, como el alcohol, o a veces menos. Con ello la imagen que tenemos de los consumidores cambia de malditos delincuentes que nos pueden hacer daño en cualquier momento a personas cualquiera que, como dice la canción, sólo quieren divertirse.
Si atendiéramos a la evolución del pensamiento, no tendríamos ni que estar discutiendo estas cosas. Con un excelente sistema educativo que apostara, en esto como en la sexualidad, por la información científica para crear individuos responsables e informados, tendríamos a consumidores conscientes, que conocen sus límites y deciden cómo divertirse sin hacer daño a nadie. Pero, lamentablemente, para que esto sea una realidad en nuestro imaginario colectivo hay un buen trecho.
Hoy en nuestra sociedad mocha, un consumidor de droga, cualquiera, es, de facto, un delincuente en potencia o un adicto irredento que irremediablemente terminará mal. Pocos consumidores de droga lo aceptarían públicamente sin tapujos, lo mismo que quienes conocen a alguien que consume lo defenderían. No está bien visto. Es una de las muchas cosas que los tapatíos queremos mantener en lo oscurito, y en ese sentido es una iniciativa que nace muerta.
Nace muerta porque el PRI, que no se quiso aventar el tiro por el matrimonio homosexual que es una lucha con al menos 20 años de historia y visibilidad en Jalisco, mucho menos se aventará a apoyar algo que electoralmente se interpreta como que fomenta el vicio. Y el PAN, todavía menos. Drogarse es pecado, por lo tanto fuchi caca y los que se drogan se condenarán y así. Y sin ellos, pues no pasa nada.
Aun cuando la consulta pública que el PRD y el fallecido IEPC (este jueves muere oficialmente) organizarán para septiembre salga favorable, sin el apoyo de las fuerzas políticas mayoritarias, la cosa está frita, y jodido, está frita además porque ya vienen los tiempos electorales y los pachecos no representan una mayoría atractiva, y en cambio las buenas conciencias –o los que se juran eso- sí alcanzan a figurar en las urnas, por lo tanto, este tema, verán les dará tos a todos esos que andan en busca de hueso para la próxima elección. A todos menos a uno: a Enrique Velázquez, a quien la mota puede afianzar como un vato progre porque el que sí merece la pena votar. Ya veremos para qué se lanza (una pista: este asunto es federal, así que…).
*Esta columna refleja sólo el punto de vista de su autor
POR: Ricardo Salazar
@salazargdl
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