Pablo Santos Sanz, investigador del Departamento del Sistema Solar en el Instituto de Astrofísica de Andalucía-CSIC, España, reveló a El País, qué pasaría si la Luna desapareciera o nunca hubiera existido.
En el primer caso, la fuerza de las mareas, provocada por la atracción gravitatoria de la Luna, se perdería, lo que haría que el nivel del mar en las costas aumentara y el agua se redistribuyera hacia los polos.
Sin corrientes que muevan y limpien, el agua del planeta se estancaría y eso resultaría en la pérdida de la mayoría de las flora y fauna marina.
Sin la Luna, el eje de rotación se desestabilizaría, lo que generaría veranos con temperaturas de más de 100 grados e inviernos a 80 grados bajo cero, con modificaciones drásticas en la vida animal y vegetal. Por las temperaturas extremas, la vida en la Tierra se extinguiría por completo salvo en el ecuador.
Por otro lado, si la Luna nunca hubiera existido, no habría mareas que permitieran al océano primitivo mezclar y friccionar sustancias para generar vida, posiblemente esta última nunca se hubiera desarrollado.
Fuente: El Universal
Sé parte de la conversación