El científico asegura que es mejor decir que somos una especie más del orden de los primates
Bermúdez de Castro afirma no hemos dejado de evolucionar y no lo haremos mientras seamos una especie de la Tierra
El próximo 24 de noviembre se cumplen 160 años desde la publicación del libro de Charles Darwin, “El origen de las especies”, mismo que estableció las bases de la teoría de la evolución por selección natural.
José María Bermúdez de Castro, paleontólogo español explicó al medio BBC Mundo que “un error muy común es pensar que ‘descendemos de los monos’”, lo cual “hace que muchas personas nieguen la teoría de la evolución”.
El coordinador del Programa de Paleobiología del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana de Burgos señaló que “es mejor afirmar que somos una especie más del orden primates”.
Este linaje de primates “comienza su historia evolutiva hace unos 7 millones de años. En ese tiempo, un ancestro común con los chimpancés divergió en dos linajes diferentes, seguramente por cuestiones climáticas”.
El también codirector del proyecto de investigación y excavaciones en los yacimientos de la sierra de Atapuerca aseguró que el linaje que dio lugar a los chimpacés, Pan paniscus y Pan troglodytes, se quedó en el oeste de África. “El linaje que a la poste dio lugar a la humanidad actual evolucionó en el sur y este de África”, detalló.
José María Bermúdez recalcó que compartimos cerca del 99 por ciento de nuestros genes con los chimpancés, y aunque la diferencia que es de casi 1,2 por ciento, es importante dado que tenemos entre 20.000 y 25.000 genes operativos.
“Deberíamos reflexionar sobre nuestra estrecha relación con estos primates, nuestros primos hermanos”, apuntó el investigador español.
Por otra parte, se estima que cerca de la mitad del cuerpo humano está compuesto por células humanas, y el resto es una mezcla de bacterias, virus y hongos que componen lo que se conoce como el microbioma.
Éste influye en una gran variedad de funciones que van desde la digestión al sistema inmunológico, sobre el tema el profesor Rob Knight, de la Universidad de California en San Diego comenta dijo “eres un 43 por ciento humano según las estimaciones más recientes, si cuentas todas las células”.
Microbiólogos de la Escuela de Medicina de Harvard y del Centro Joslin de Diabetes analizaron el ADN de alrededor de 3.500 muestras de la boca e intestinos, los resultados publicados en 2019 en la revista Cell Host & Microbe arrojaron que había cerca de 46 millones de genes bacterianos, 24 millones en el microbioma de la boca y 22 millones en los intestinos.
De acuerdo con el proceso de evolución, éste puede ser muy lento, de hecho algunos de sus vestigios pueden permanecer mucho tiempo después de que dejan de cumplir una función.
Un ejemplo de ellos es el apéndice, que habría cumplido en nuestros antepasados una función relacionada con la digestión de la celulosa de las plantas, las muelas del juicio era útiles para moler alimentos fibrosos, el coxis es considerado un vestigio evolutivo que en el pasado contribuyó a mantener el equilibrio.
Cuando una persona se eriza al sentir frío o estrés, las fibras musculares conocidas como arrector pili se contraen de forma involuntaria, lo que genera escalofríos.
O bien en el caso de los animales en su medio silvestre, cuando se les ponen los pelos de punta atrapan más aire para retener calor, o para dar la impresión de parecer más grande de lo que es y ahuyentar a sus predadores.
Es importante mencionar que la historia de los orígenes del ser humano está cambiando constantemente, según los descubrimientos de nuevos fósiles.
“Nuestra especie, Homo sapiens, surgió en África hace algo más de 200.000 años. Algunos investigadores piensan que ciertos fósiles de un yacimiento de Marruecos (Jebel Irhoud) ya pertenecían a nuestra especie. Esos fósiles tienen 315.000 años de antigüedad“, expuso Bermudez de Castro.
Las glaciaciones afectaron al hemisferio norte y tuvieron repercusión en el debilitamiento de la especie Homo neanderthalensis, pese a ello “en África subsahariana y en el norte de África el clima no experimentó cambios notables. Así que se nos escapa saber qué circunstancias favorecieron que surgieran los primeros homínidos similares a nosotros en la mayor parte de su anatomía”.
Hoy en día se habla sobre la posibilidad de que la expansiones fuera de África por parte de Homo sapiens fueran varias y por dos lugares diferentes: el Corredor Levantino y el estrecho de Bab El-Mandeb, en el cuerno de África.
“No sería extraño que esto fuera así. Los datos no son contradictorios y no afectan al resultado final: ahora somos la única especie de homínido del planeta”, recalca el científico.
El paleontólogo español reafirma que seguimos adaptándonos al mundo que nos rodea, y un claro ejemplo es la rápida extensión en las últimas 100 generaciones en Reino Unido del gen tolerancia al azúcar en la leche, la lactosa.
Sobre el tema, se estima que en hace 11,000 años, los seres humanos no podía ingerir la lactosa, en ciertas regiones según comenzaron a depender de la producción lechera para alimentarse, sus cuerpos se adaptaron a digerir ese alimento que antes era tolerado únicamente por los niños.
Es regiones de larga tradición de producción de lácteos, como Europa, las personas son mucho más tolerantes a la lactosa que en Asia, detalló el sitio BBC.
“Por supuesto no hemos dejado de evolucionar y nunca lo haremos mientras sigamos siendo una especie de la Tierra. La propia cultura está influyendo de manera decisiva en nuestra evolución. Y cada vez será más importante esta influencia, en el momento en el que la tecnología permita manipular sin riesgos el genoma humano”, concluye Castro.
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