Elizabeth Amoaa fue diagnosticada con una anomalía congénita
Para superar su experiencia, creó una organización dedicada a educar a mujeres y niñas sobre las condiciones ginecológicas y la higiene menstrual
Elizabeth Amoaa, una mujer de 36 años de edad, originaria de Ghana y residente en Reino Unido, se enteró cinco años después de tener a su hija que tenía dos vaginas, dos cérvix y dos úteros.
En el 2015 fue diagnosticada con útero didelphys, una anomalía congénita que ocurre cuando dos tubos más pequeños en un feto femenino no se fusionan en un solo útero, sino que crecen en dos estructuras separadas.
No obstante, años atrás fue sido diagnosticada con fibromas uterinos y le dijeron que era infértil, por lo que el nacimiento de su hija lo consideró un milagro.
“Mi embarazo fue desafiante, estaba sangrando, desmayándome y sintiéndome cansada. En realidad pensaron que era un embarazo ectópico (cuando se desarrolla fuera de tu útero) ya que no sabían que tenía un útero doble, y yo tampoco”, relató.
La joven destacó que durante su embarazo le practicaron 20 ecografías, pero ningún especialista le dijo que tuviera un útero doble.
A pesar de que los médicos le sugirieron practicar un legrado debido a los problemas que presentó en el embarazo, ella decidió continuar y tuvo a su hija.
No obstante, cinco años después del parto, una resonancia magnética reveló que en realidad tenía dos úteros.
“Fue un shock, quieres respuestas a tu salud, pero eso no era lo que esperaba. Era nuevo, nunca había oído hablar de alguien nacido con un útero doble, luego en 2016 hicieron una cirugía y descubrieron que también tenía dos cérvix y dos vaginas”, destacó.
Después de la cirugía, los médicos descubrieron que tenía endometriosis en etapa 5, un trastorno doloroso donde el tejido uterino crece fuera del útero, en su vejiga, destacó La República.
En el 2017 quedó embarazada nuevamente, pero tuvo un “aborto involuntario silencioso”, con medicamentos y a la evacuación del útero para extraer el feto.
Para compartir su experiencia, Amoaa creó Speciallady, una organización dedicada a educar a mujeres y niñas sobre las condiciones ginecológicas y la higiene menstrual.
“Quiero ser la voz de los que no tienen voz para todas las mujeres que están experimentando síntomas como los que yo tuve. Mi condición significa que tengo un alto riesgo de cáncer cervical o de ovario, así que decidí que quería vivir mis sueños”, sentenció.
Además dedica su tiempo en viajar a Ghana, donde trabaja con mujeres que saben que los temas ginecológicos aún son un tabú.
“Como mujer africana, muchas madres mueren innecesariamente o la gente piensa que estas condiciones son brujería. ‘Ahora estoy buscando agencias gubernamentales en Ghana para trabajar conmigo ahora, llevo toallas sanitarias y artículos médicos esenciales y les hablo sobre mis experiencias, y la respuesta ha sido increíble”, puntualizó.
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