La asesina estaba prófuga desde 2017 y fue detenida en una parcela de la Isla de Maipo
Natalia Guerra quedó bajo disposición de la Gendarmería para ser trasladada a cualquier prisión y cumpla la pena de cinco años
Este martes la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) arrestó a una mujer que sacrificó a su bebé en una secta en la localidad de Colliguay, en la región costera de Valparaíso, Chile, comunicó el diario Excélsior.
De acuerdo con el fiscal Juan Emilio Gatica, la detención de Natalia Guerra, quien estaba prófuga de la Justicia desde 2017, se realizó en una parcela de Isla de Maipo donde permaneció escondida durante dos años. Asimismo, las autoridades también detuvieron a otra persona que formaba parte del círculo de la homicida y que le prestaba ayuda logística para que se mantuviera oculta.
Juan Pardo declaró que durante las diligencias detectaron que Guerra se cambiaba constantemente de domicilio y explicó que la asesina quedará bajo disposición de la Gendarmería para ser trasladada a cualquier prisión y cumpla la pena de cinco años sin beneficios.
Detectives de la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (Bipe) detuvieron a Natalia Guerra, quien mantenía una orden de aprehensión por parricidio y se encontraba prófuga de la justicia desde hace más de dos años. #InvestigarEstáEnNuestroADN pic.twitter.com/i9tiZxsBAa
— PDI Chile (@PDI_CHILE) July 9, 2019
La jueza Deisy Machuca, del Juzgado de Garantía de la localidad de Quilpué, condenó a cinco años de prisión a Natalia Guerra, autora del crimen y madre del bebé a quien “desnudó, ató y amordazó para lanzarlo vivo al fuego por considerarlo Anticristo”.
Cabe detallar que el líder de la secta, identificado como Ramón Castillo, utilizaba el seudónimo de “Antares de la Luz” y fue encontrado sin vida en 2013 en una zona aislada en la ciudad peruana del Cuzco. Pablo Undurraga, brazo derecho de Castillo, ordenó el crimen y posteriormente huyó a Perú, donde se suicidó en la ciudad de Cuzco cuando estaba acosado por la Policía de ese país.
Varios miembros de la secta como David Pastén, Karla Franchi, María Pilar Álvarez, Carolina Vargas y Josefina López fueron sentenciados a tres años de prisión en calidad de cómplices del crimen, pena que pudieron cumplir en libertad vigilada.
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