Por Manuel Tenedor
La Suprema Corte de Justicia de la Nación concedió un amparo que permite el cultivo, transporte y consumo de marihuana con fines lúdicos a las cuatro personas que lo presentaron.
El ministro Arturo Zaldívar fue quien elaboró el dictamen, el cual señala que: “el individuo tiene derecho a decidir de forma libre y autónoma su proyecto de vida y la manera en que logrará los objetivos que considere relevantes; es decir, el Estado no puede imponer modelos y estándares de vida a los ciudadanos, ni intervenir en asuntos propios de la esfera personal y privada de estos”.
Las redes sociales registraron tímidos festejos en comparación con el fallo de la misma SCJN en relación a los matrimonios igualitarios. El hecho de que ya se considere exagerada la prohibición al consumo de marihuana es un avance en la discusión ya que la opinión pública sigue influenciada por miedos sembrados en la ignorancia y prejuicios, lo que no ha permitido un debate objetivo acerca de lo que puede suceder si se regula consumir, transportar y sembrar marihuana con fines recreativos.
Aunque los beneficiarios directos del fallo de la SCJN son solamente 4 personas, integrantes de la Sociedad Mexicana de Autoconsumo Responsable y Tolerante (SMART), esto es un precedente histórico para una futura legalización de mayor alcance. El rotundo fracaso que ha sido la estrategia del Estado Mexicano para combatir el narcotráfico es el argumento que respalda cualquier idea que altere la manera en la que el consumidor suministra su consumo personal de marihuana. Es necesario idear mecanismos que permitan eludir los peligros que conlleva conseguir el producto y evitar que el consumo mismo justifique la existencia del narcotráfico.
Es fundamental hacer una lectura alejada de excitaciones y estigmas ilustrados. Nadie está obligado a consumirla ni tampoco nadie debería de ir a la cárcel por hacerlo. En el mercado hay sustancias legales que causan más daños a la salud que la marihuana. El gran reto de una legalización más amplia es hacer frente a la corrupción de la policía y otros organismos de seguridad pública que carecen de criterio. El gobierno actual no tiene la capacidad intelectual ni administrativa que soporte una regulación efectiva en este momento, por lo que hay que pensar a futuro.
Este pequeño avance en el tema de la marihuana resulta paradójico en relación al retroceso que propone la #LeyFayad, iniciativa del senador priista Omar Fayad Meneses que pretende criminalizar la libertad de expresión en plataformas digitales. Otra más del tipo.
Buena parte de la población ha consumido o consume marihuana y persiste la discriminación y los señalamientos de parte de quienes no lo hacen. Los consumidores activos recurren al anonimato para evitar problemas con familiares y autoridades pero el rechazo mayoritario de la población tampoco representa un obstáculo definitivo. El debate acerca de la marihuana va para largo,tiene que formar parte de la vida cotidiana y ser más protagonista en la sobremesa.
México tiene problemas de mayor importancia y legalizar la marihuana no es la panacea para la nación. Las soluciones siguen estando en la voluntad de cambio del pueblo.
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