En EU los jóvenes deben tener 18 años para poder solicitar un tratamiento de vacunas sin la intervención de los padres
En los últimos años la moda antivacunas ha incrementando los casos de menores que acuden a los centros de salud en búsqueda de vacunas, puesto que sus padres no dan su consentimiento debido a sus creencias.
“Escribo esto porque tengo 15 años y mis padres son antivacunas. ¿Cómo puedo vacunarme sin su consentimiento?”, es el mensaje que escribió un adolescente hace cinco meses en un subreddit, dedicado a temas legales. Y es que en muchos países los niños no pueden solicitar un tratamiento médico sin el consentimiento de sus padres.
Algunos adolescentes consiguen vacunarse con el permiso de uno de sus progenitores ocultándoselo al otro, sin embargo no es un problema sencillo de solucionar.
Por ejemplo, en Estados Unidos es necesario tener 18 años para poder solicitar un tratamiento preventivo como el que proporciona una vacuna sin mediación de ningún tutor legal. Solicitar una cita privada y confidencial con el médico se puede hacer desde los 16.
En algunos estados está permitido que los menores de edad maduros, es decir, aquellos que entienden la naturaleza del procedimiento médico como para aceptarlo libremente, pueden dar su consentimiento sin mediación de sus padres.
There are resources on how to get vaccinated without your parents agreeing here: https://t.co/3Q1bITuLMw
Unfortunately the law varies state by state (not to mention country by country) so there’s not One Weird Trick :/
— Andrea Phillips (@andrhia) January 25, 2019
En la página Vaxopedia ofrece una lista de esos estados que incluyen Alabama, Alaska, Delaware, Meontana, Oregon, o Tennessee.
De acuerdo con la información de Gizmodo, en caso de que el menor recurra a falsificar una firma de sus padres o tutores en un documento oficial, las penas pueden ser de cárcel. Los médicos tampoco pueden saltarse la ley en este caso.
En España las vacunas no son obligatorias y las autoridades no se plantean de momento que esto cambie, por lo que la incidencia del movimiento antivacunas es baja y la vacunación infantil supera el 95 por ciento. Sin embargo, la Ley del Menor promulgada en 2015 establece que las autoridades pueden obligar a los padres a vacunar a un menor si existen indicios de riesgo para su salud o para la de los demás.
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